He estado varias veces en Portugal para, de primera mano, interesarme y conocer por las capacidades tácticas que ofrecen sus cuerpos policiales a la hora de afrontar situaciones especialmente graves en las que tengan que neutralizar núcleos terroristas o enfrentarse a peligrosos delincuentes armados. Una de sus unidades de referencia es la que os queremos presentar en estas páginas. Está adscrita a la Guardia Nacional Republicana (GNR), cuerpo que sería lo que en España es la Guardia Civil o en Italia los Carabinieri, y ha ido evolucionando de forma exponencial en las últimas décadas para ser hoy un colectivo moderno, sustancialmente más capaz y con un adiestramiento variopinto que incluso les ha permitido, en épocas pasadas, despliegues a entornos internacionales hostiles para llevar a cabo su actividad.
Se trata del Grupo de Intervención de Operaciones Especiales (GIOE, Grupo de Intervenção de Operações Especiais) y este reportaje busca informaros de algunos detalles que caracterizan a esta estructura policial lusa que mantiene una excelente relación con otras similares, entre las que se encuentra la Unidad Especial de Intervención (UEI) española, a través de la organización europea ATLAS que reúne, en grupos de trabajo especializados, a distintas unidades de asalto policial y antiterroristas de referencia en sus respectivos países.
Alerta inmediata
Cerca de Lisboa, en la Rua do Regimento de Engenharia de Pontinha, se encuentran unas instalaciones del GNR en las que se ubican diferentes recursos asignados a la especialidad de intervención (UI, Unidade de Intervenção) que atiende disturbios, protege determinados espacios o activa equipos concretos para resolver situaciones críticas.
Allí, hay varios edificios asignados al GIOE que incluyen uno donde está su Mando que ejerce hoy un teniente coronel, algunos espacios administrativos y hasta una sala de seguimiento de crisis con avanzados equipos informáticos y de comunicaciones. No muy lejos de allí se encuentran otros edificios que acogen espacios diferenciados para ubicar sus vehículos, sus armas y sus municiones, los materiales especiales o incluso una zona de armarios metálicos de rejilla asignados de forma individual para que cada uno de los guardias sitúe sus prendas y equipo personal de forma que el proceso de equiparse para un servicio sea mucho más rápido y eficiente.
Completaría lo que es su espacio de trabajo normal un entorno habilitado para adiestramientos tácticos en el que encontramos varios vehículos para preparar ejercicios de asalto tubular, una torre multipropósito que tanto les sirve para prácticas de tiro en ángulo como para realizar prácticas de movimiento vertical con rappel y fast rope, y una nave concebida como espacio singular en la que se configuran determinadas localizaciones de espacios urbanos para poder realizar prácticas intensas en lo que son movimientos, asaltos y operaciones de neutralización precisa de los que allí pudiesen encontrarse.
Son elementos que les ayudan en su preparación y día a día, aunque también es normal que visiten otros emplazamientos próximos para realizar sus ejercicios o se desplacen a zonas costeras y montañosas para desarrollar determinadas formaciones en entornos que también entrarían en lo que es su espacio de trabajo natural. El GIOE está habilitado para intervenciones en entornos rurales, en montaña pues visitan en temporada invernal la sierra de La Estrella para ejercicios con nieve y frío intenso, en ambientes marítimos al ejercitarse sobre objetivos costeros o sobre diferentes tipos de embarcaciones, y también para actuaciones en zonas urbanas.
Esa capacidad la consiguen gracias a un equipo avanzado y a una preparación exigente. En relación con el primero, concretaros que el personal suele realizar sus cometidos vistiendo ropa informal, lo que les permite pasar desapercibidos y que su presencia no sea rápidamente identificada, o llevando un uniforme de tono SGO (Stone Grey Olive) que combinan con una boina verde oscura, aunque también disponen de uniformidad de tonos de camuflaje, trajes estancos para operaciones marítimas y hasta de trajes tipo ghillie suit con los que enmascarar posiciones desde las que sus tiradores de precisión cubran algún dispositivo con sus rifles o con determinadas ópticas de vigilancia.
Han ido renovando su arsenal y hoy sus armas personales están basadas en el fusil de asalto HK416 del 5,56x45mm y en la pistola Glock 19X del 9x19mm Parabellum, aunque por el carácter de sus cometidos pueden recurrir también a fusiles HK417 del 7,62x51mm y subfusiles de la familia HK MP5 del 9x19mm que emplean con accesorios de B&T que incluyen novedosas monturas, guardamanos o culatas. En fusiles de asalto y subfusiles montan visores de punto rojo Aimpoint CompM2 y Micro, y potentes linternas SureFire.
Si requieren precisión extrema pueden usar rifles semiautomáticos HK G28 del 7,62x51mm o los de cerrojo Accuracy International del mismo calibre que el anterior o del muy potente 12,70x99mm (.50 Browning) que es idóneo como arma antimaterial; para operaciones de mayor intensidad tienen asignadas armas tan contundentes como ametralladoras ligeras MG4 y medias MAG, ametralladoras pesadas M2 y hasta lanzagranadas automáticos GMC de HK que disparan cartuchos de 40mm encintados para conseguir elevadas cadencias de tiro y notables efectos destructores en el punto o zona donde impacten.
Herramientas técnicas para aperturas, escudos antibala de diferentes configuraciones, equipos de visión nocturna y térmica, turismos y SUV de alta gama, furgones habilitados para diferentes necesidades especiales, dispositivos de respiración autónoma personal,…., son algunos de los muchos medios puestos a la disposición del GIOE para que sus agentes puedan desarrollar sus misiones con la máxima eficacia.
Sobre el otro aspecto clave, la preparación de estos últimos, os podemos dar algunos detalles concretos. A las convocatorias que se abren para nuevo personal se suelen presentar candidatos que ya están encuadrados en alguna de las unidades del GNR y que tienen una experiencia anterior en algunas de las unidades de élite de la Infantería de Marina o del Ejército, personal que ya conoce algunos aspectos de lo que se les exigirá. Lo primero que acontece es una validación inicial de tres jornadas con pruebas médicas, psicotécnicas, de decisión o una entrevista personal, que se realizan tanto de día como de noche e incluyen ejercicios físicos especialmente demandantes como recorrer 15 kilómetros cargando una mochila de 15 kilogramos en menos de dos horas.
Los preseleccionados son enviados a las instalaciones del Centro de Tropas de Operaciones Especiales (CTOE) que el Ejército tiene en Lamego para realizar el Curso de Operaciones Especiales. Tiene una duración que varía en función del rango y que comprende de tres a seis meses donde se les capacita en aspectos físicos, de tiro, de combate o de otros ámbitos propios de una especialidad militar especialmente demandante. No acaba ahí y pasan a realizar dos formaciones adicionales que incluyen ocho semanas del Curso de Seguridad y Protección de Altas Entidades, dirigido especialmente a capacitarlos para escoltas estáticas y dinámicas y formar parte de dispositivos de diferente tipología que cubran a personas o a emplazamientos, y los tres meses del Curso de Lucha Contra el Terrorismo. Al final, de los preseleccionados completa todo el proceso sobre un 10%.
Elevada exigencia
Esos guardias, sargentos y oficiales pasan entonces a un Grupo que tiene como lema de trabajo: voluntad y valor. Se les encuadra entonces en una dinámica de adiestramiento que incluyen un día a día intenso con ejercicios de tiro, prácticas en los más variados escenarios, trabajo en gimnasio, combates en el tatami, conducción dinámica de vehículos,…, que les imbuirá junto a compañeros más experimentados de una filosofía propia.
Alguno será seleccionado para avanzar hacia una especialización personal más notable. Los que se preparan para manejar armas largas capaces de precisión extrema a largas distancias, conocidos como tiradores selectos, se preparan durante dos intensos meses; aquellos que se capacitan como conductores realizarán un cursillo especial de manejo de vehículos de distinto tonelaje en carreteras o pistas, incidiéndose en el uso dinámico de los mismos en beneficio de los dispositivos en los que participen; los especialistas de aperturas que manejaran artefactos explosivos convencionales o improvisados en beneficio propio se forman con una preparación específica de 9 semanas; los paramédicos se especializarán en aspectos sanitarios asociados al combate en tres niveles formativos que se desarrollan en cursos de 8, 32 y 360 horas lectivas, a la vez que también se especializará a alguno a través del Curso de Investigación Criminal que en su caso complementarán con otros como los de Negociación o de Seguimientos y Vigilancias.
Todo ese variado y positivo valor formativo da carácter al GIOE. En la actualidad en el mismo encontramos al componente de Operaciones Especiales, al de Negociación y al de Investigación Criminal. Respectivamente se encargan de la intervención táctica y de la seguridad, del Mando y Control y la coordinación de actividades, o de vigilancias o seguimientos con los que obtener información de personas o colectivos de interés.
Operativamente hablando, y teniendo en cuenta que sus misiones les pueden llevar a cualquier punto del territorio de Portugal o a otros países si así se determina, se distribuyen en una estructura que incluye Mando, los Destacamentos de Operaciones Especiales (DOE) -son tres designados Alfa, Bravo y Charlie– conformados cada uno por un capitán y una veintena de efectivos, la Sección de Inteligencia e Investigación Criminal -en ella se encuentra la Célula de Negociación de Rehenes-, el Equipo de Documentación y Archivo, o la Sección de Inteligencia y Formación.
Algo más de un centenar de guardias, sargentos y oficiales están adscritos a esos núcleos y buena parte de los que no están en los DOE son personal que si lo estuvo y tiene una amplia experiencia táctica tras muchos años de trabajo en el GIOE. Tienen en todo momento, tanto de día como de noche e incluso los fines de semana, agentes reparados para una respuesta inmediata que les permita hacer frente a cualquier eventualidad que pueda surgir, lo que les encuadra en el máximo nivel -el 4º- dentro de los que definen al compromiso operativo de la GNR.
Sobre su trabajo, que en despliegues nacionales se circunscribe especialmente a las necesidades el Ministerio del Interior y en los internacionales a las del Ministerio de Defensa, deciros que ellos lo definen como desarrollar el más amplio espectro de lo que son las Operaciones Especiales. A ellos les corresponderá formar equipos de personal que actúen diligentemente y de forma neutralizadora ante la presencia de criminales especialmente peligrosos, en el caso de secuestros o cuando se detecten terroristas o “lobos solitarios”; desplegarán para proteger a personas o a infraestructuras en casos de alertas concretas; acompañarán en dispositivos estáticos y dinámicos a determinadas personalidades de su país o visitantes extranjeros del más alto nivel; cooperarán en el control costero de operaciones marítimas con otras unidades del GNR; se les enviará a destacamentos en el exterior -han estado ya en Iraq, Afganistán y Timor Oriental- dentro del más amplio abanico de las misiones internacionales militares; desarrollarán actividades específicas de investigación en el caso de delitos concretos o apoyarán a dispositivos de carácter territorial.
Completaremos este apunte general sobre esta unidad policial y militar de Portugal reseñando que son habituales ejercicios o seminarios con otras unidades similares europeas y en su caso con otras que utilizan su misma lengua, como el BOPE brasileño. Desde 2018 han venido participando en el proyecto GARSI-SAHEL de la Unión Europea para capacitar a unidades tácticas de varios países africanos.
Esa actividad internacional ha marcado las más de cuatro décadas que llevan activos. Se les creó como respuesta a la necesidad de tener un núcleo capaz de intervenir en operativos de alto riesgo y complejidad. Un motín en 1977 en la prisión de Custóiais en la que presos tomaron a funcionarios como rehenes llevó a buscar una capacidad de la que Portugal carecía. El Comandante General del GNR dio las órdenes oportunas y de la estructura del Batallón nº1 se seleccionó a alguno con experiencia militar especial los que formarían, desde su activación en noviembre de 1978, el llamado GEI (Grupo Especial de Intervenção). Esos treinta hombres pasaron por el entonces CIOE (Centro de Instrução de Operações Especiais) de Lamego -hoy CTOE-, capacitación de más nivel que llevó en 1983 a variar su nombre por el de POE (Pelotão de Operações Especiais).
Se les encuadró, de acuerdo con el Decreto-Ley nº231/93, en el Regimiento de Infantería nº1, aunque actuaban de forma independiente. Con el cambio de siglo llega una nueva evolución y en abril de 2003 surge la COE (Companhia de Operações Especiais) liderada por un capitán y con varios pelotones de gendarmes. En 2007 se creó la Unidad de Intervención del GNR y en ella quedaron encuadrados, decidiéndose que a partir de 2009 pasasen a tener dos COEs y su entidad a la de Grupo. No acabó ahí su transformación y en 2014 se les dotó de un órgano de inteligencia e investigación, evolución que les llevaría en 2017 y 2022 a liderar diferentes ejercicios de los Equipos de Respuesta Rápida de los grupos de la red europea ATLAS; pronto el GIOE cumplirá medio siglo de actividad y esperamos volver a visitarlos para conocer algún aspecto más de lo que les define y caracteriza.
Texto: Octavio Díez Cámara© Fotos:Octavio Díez Cámara© y según indicadas en cada foto.
Editor: Andreu Soler