Varios agentes con gafas binoculares de visión nocturna en sus cascos, y empuñando fusiles de asalto SCAR L del calibre 5,56x45mm y armas PDW (Personal Defence Weapon) MP7 del 4,6x30mm en los que llevaban visores de punto rojo Aimpoint “Micro” para facilitar el tiro rápido y preciso sobre distintos objetivos, avanzaban por uno de los andenes de la estación de Sants en Barcelona.

Pertenecían a la plantilla del Grup Especial d’Intervenció (GEI) que, por su carácter táctico como unidad de asalto dentro del Cuerpo de los Mossos d’Esquadra (CME), disparaba poco después sobre un sujeto armado para neutralizarlo de forma efectiva. La acción precedió otra de captura y engrilletado de su compañero terrorista que, diligente, sacaron del lugar para trasladarlo a dependencias policiales donde sería interrogado.

Instante preciso en el que agentes de la ARRO barcelonesa abaten a un terrorista que vemos cayendo al suelo alcanzado por los disparos.

La acción, de liberación de un grupo de pasajeros retenidos en un tren por parte de supuestos terroristas que habían atacado varios puntos de las instalaciones ferroviarias de mayor tamaño en Barcelona -trenes de cercanías, trenes AVE y de largo recorrido, metro…, en un mismo emplazamiento-, se realizó sobre las 3 de la madrugada del día 27 de octubre de 2023.

La estación barcelonesa de Sants fue el escenario en el que a finales de octubre tuvo lugar un importante simulacro antiterrorista.

Fue el punto álgido de una simulación que les vamos a explicar en estas páginas. Tactical Online, representado por quien estas líneas escribe para explicaros lo que aconteció, estuvo allí para conocer cómo se desarrollaba uno de los simulacros antiterroristas de mayor magnitud realizado en España hasta la fecha y el más grande de los realizados en tierras catalanas.

Pocos minutos después de los ataques ya se personaban en la estación de Sants los primeros contingentes de policías tácticos para dar respuesta a una situación hostil de primer nivel.

 

Las armas cortas de los intervinientes, que alguno llevaba en fundas antihurto Radar, fueron provistas de tubos rojos y cinta azul para que visualmente se supiese que no tenían munición real.

El Departamento de Interior de la Generalitat de Catalunya llevaba tiempo preparando este ejercicio táctico especialmente realista y ahora se ha podido materializar la previsión, un esfuerzo que sirve sobre todo para comprobar que los planes previstos de antemano para responder a este tipo de incidentes funcionan y también para extraer una serie de conclusiones que, como lecciones aprendidas, servirán para mejorarlos de cara a una posible actuación real.

Lugar complejo

Una estación como la de Sants, que tiene un importante flujo de trenes y metro desde las cinco de la mañana hasta las 12 de la noche, es un lugar que puede atraer la mirada a aquellos que busquen realizar un acto terrorista que les sirva para difundir sus objetivos. Muchos transeúntes moviéndose en el lugar, numerosas tiendas y establecimientos de restauración, personas que van a recoger a familiares…, hacen que el entorno, desde el punto de vista de una respuesta policial efectiva, sea grande, complejo y lleno de peculiaridades a las que se tiene que hacer frente. El CME, organizaciones del Departamento de Interior que incluyen a Protección Civil, el Servicio de Emergencias Médicas (SEM) del Departamento de Salud, la Guardia Urbana de Barcelona (GUB), Cruz Roja…, han estado involucradas en una dilatada y meticulosa preparación en cuanto a medios, recursos y hasta figurantes.

Se habilitó una zona técnica para descargar con seguridad las municiones reales de las armas de los intervinientes y colocarles vistosos tubos rojos en sus cañones.

Estos últimos fueron cerca de trescientos e incluyeron algunos convenientemente maquillados para simular heridas sufridas por arma blanca o disparos, siendo importante que ellos no tenían conocimiento detallado de los acontecimientos que iban a producirse esa noche pues se buscaba cierta reacción innata y humana ante las diversas situaciones a las que, durante varias horas, se tendrían que enfrentar. Se les entregaba un papel con datos supuestos en los que figuraba su edad, nacionalidad, si resultaban muertos o heridos, etcétera, para así gestionar con más detalle su rol preciso en el incidente armado; se trataba de alumnos de distintos grados de emergencias sanitarias o de seguridad que incluían algunos caracterizados de forma profesional por estudiantes de caracterización y maquillaje.

La caracterización de algunos de los pasajeros fue especialmente vistosa y ayudó a una mejor identificación de aquellos que habían resultado atacados por los terroristas.

Nosotros nos personamos en la zona varias horas antes y pudimos comprobar que ya había un despliegue significativo de medios en la zona adyacente al edificio principal de la estación de Sants, pues se habían alertado a los participantes de forma que estuviesen en predisposición de intervenir. Vimos varios convoyes de vistosas ambulancias medicalizadas de color amarillo, zonas habilitadas con hospitales de campaña aún sin montar y material sanitario preposicionado, furgonetas de la Brigada Móvil (BRIMO) con agentes que iban a vigilar y controlar el perímetro del lugar, vehículos de la Unidad Canina con perros adiestrados en la búsqueda de artefactos explosivos o la intervención policial, y a un contingente de artificieros del TEDAX/NBRQ, coordinados por una sargento, moviendo equipos pesados como el robot de ruedas Aunav controlado por un técnico a distancia gracias a un módulo compacto habilitado en una maleta estanca.

El personal de la BRIMO se encargó de cometidos como el específico de la vigilancia del control perimetral del espacio donde se desarrollaba el incidente simulado.

Todos ellos, y otros que incluían a agentes del GEI liderados por su subinspector Jefe llegados al lugar en varias furgonetas no logotipadas, realizaban preparaciones previas. Asistimos al despliegue de perros y sus guías por espacios nada convencionales del lugar, buscando posibles artefactos pues la presencia allí de tantos agentes y personas lo requería. También, observamos una zona habilitada para retirar los cargadores y cartuchos de la recámara de las armas de policías intervinientes, colocándose en aquellas que no tenían que abrir fuego de salvas una vistosa pieza roja en su interior y una cinta azul para su rápida identificación; asimismo, nos acercamos a distintos emplazamientos en los que con medios técnicos como pantallas, ordenadores, radios,…, se habían establecidos puntos de Mando y control situacional, …, y hasta pudimos observar cómo se daban las últimas instrucciones al personal civil que estaría involucrado en las simulaciones.

Importante para la gestión de este tipo de operaciones es contar con elementos de Mando y Control precisos que permitan el conocimiento en tiempo real de lo que va aconteciendo.

Poco después de las 12 de la noche, cuando el flujo de trenes había finalizado y el Consejero del Interior acompañado del máximo responsable del CME habían realizado la presentación pública de lo que iba a acontecer, vimos como media docena de supuestos terroristas -agentes del GEI escogidos para la práctica por su especial preparación y conocimientos técnicos de la materia-, empuñando incluso subfusiles MP5, se dirigían con presteza hacia la entrada principal de la estación de Sants. Se iniciaba entonces un periodo intenso y complejo.

El máximo responsable del CME, acompañado de una célula de apoyo, siguió con atención los acontecimientos que se desarrollaron en el adiestramiento que os explicamos en este reportaje.

Varios escenarios

Se desarrollaron, según lo planificado tres simulaciones distintas que buscaban el máximo realismo en lo que era su ejecución. Por motivos obvios, se plantearon tiempos y los ejecutantes iban apareciendo en el lugar en función de lo que hubiese sido real, pues determinados contingentes policiales requieren ser alertados, coger sus equipos en instalaciones como la de Egara en Sabadell y trasladarse, lo que puede requerir no menos de una hora.

El CME desplegó numerosos medios técnicos que incluyen furgonetas habilitadas para apoyar la gestión de operaciones policiales de mayor complejidad.

La primera de las intervenciones tenía lugar en la zona el vestíbulo de la estación a la que llegaban dos supuestos terroristas que disparando y con un cuchillo actuaban indiscriminadamente sobre los supuestos viajeros, causando entre ellos varios heridos y muertos. También herían a un policía que estaba en el lugar en el momento del ataque. La respuesta fue bastante rápida y en pocos minutos llegaros varios vehículos del CME y de la Guardia Urbana con agentes de Seguridad Ciudadana de los que habitualmente patrullan por las calles de las ciudades. A la vez que actuaban sobre dos de los terroristas, se puso en marcha una operación de cerco del lugar, para cerrar el perímetro a entradas y salidas de personas.

Agentes de la GUB y del CME trabajaron conjuntamente para responder a la amenaza y salvaguardar la vida de los pasajeros que se encontrbaan en el recinto atacado

Pronto vimos llegar furgones al lugar. Habitualmente, en la Ciudad Condal pueden verse los de personal de la BRIMO y del Área Regional de Recursos Operativos (ARRO) de Barcelona moviéndose por las calles o vigilando puntos de especial afluencia de personas. Los de esta última, tienen a su disposición inmediata protección táctica que incluye chaleco portaplacas y casco antibala y llevan en sus vehículos escudos antibala pesados y armas tan contundentes como los subfusiles UMP del 9x19mm.

Los agentes de la ARRO barcelonesa, armados con subfusiles UMP en los que llevan visores de punto rojo Aimpoint Micro, fueron determinantes para abatir parte de la amenaza terrorista.

Tan pronto llegaron, se organizaron en el exterior para proceder a la entrada coordinada al espacio atacado, una realidad que hicieron acompañados de paramédicos de la Consejería de Sanidad, vistiendo uniformidad táctica y llevando protección antibala en torso y cabeza, y de policías de la GUB, probablemente de la Unida de Refuerzo de Emergencias y Proximidad (UREP) de la División de Recursos Operativos y de Apoyo, equipados -sin las necesarias armas largas que de momento no se autorizan a cuerpos policiales locales- para intervenir en una situación como la que se simulaba.

El Departamento de Salud dispone de paramédicos tácticos integrados en la UIS y preparados para responder a incidentes especialmente graves.

Por dos vías de progresión penetraron al interior de la estación y se enfrentaron a otros dos terroristas, neutralizándolos con el fuego de sus armas al no cesar, pese a las indicaciones que se les daban, en su actitud manifiestamente beligerante y violenta. Con atacantes y atacados en el suelo de la estación, y con otros de este último grupo refugiados en distintos puntos, comenzó una acción más técnica en la que intervinieron perros especialmente adiestrados.

Un perro especializado en la localización de explosivos olfatea, tras haber sido marcado el lugar con un láser verde, la zona donde se encuentra una mochila que llevaba un supuesto terrorista.

Se buscaron supuestos chalecos bomba con explosivos que podían potar los atacantes. Los guías caninos señalaban con un láser de color verde el sujeto en el suelo al que el perro tenía que dirigirse para inspeccionar su cuerpo y su mochila. Los animales, demostrando su pericia y adiestramiento, realizaron su labor y encontraron un artefacto. Entonces se alertó a la unidad TEDAX/NRBQ del CME que desplegó tanto un robot pesado de ruedas Aunav controlado a distancia por uno de los artificieros como otro de estos especialistas vistiendo un traje antibomba Med Eng 10 que, en buena medida, garantiza la supervivencia del agente en caso de que se suceda una deflagración durante su intervención.

El robot pesado de ruedas Aunav fue desplegado en el incidente y actuó durante la fase de neutralización de un supuesto artefacto explosivo que habían llevado los terroristas al perpetrar su atentado.

No ocurrió así en el caso que nos ocupa, pues el artificiero neutralizó, siguiendo unas pautas especialmente metódicas y pausadas que caracterizan la necesaria precisión de una labor que es difícil y se realiza en entornos de elevada tensión, el chaleco explosivo llevado por un terrorista y localizado por uno de los canes en su labor de búsqueda.

Uno de los artificieros de la Unidad TEDAX/NRBQ del CME se coloca, con ayuda de sus compañeros, el traje antibombas antes de penetrar al recinto para neutralizar un supuesto chaleco explosivo.

La tercera parte de la simulación contempló dos tareas bien distintas. De una parte, eliminados los terroristas y la bomba, se procedió a evacuar por parte de agentes del CME y de la GUB a aquellos pasajeros que aún permanecían escondidos en distintos establecimientos de la zona comercial de la estación de Sants. Equipos médicos y de paramédicos hicieron, con ayuda de camillas, lo propio con los heridos para poderlos asistir en el hospital de campaña habilitado a poco más de cien metros de la puerta principal.

Sanitarios tácticos atienden a algunos de los civiles que habían resultado heridos en la zona próxima en la que un terrorista –con tejanos en primer plano- ha resultado abatido.

A la vez que se producía la evacuación, en el subsuelo se desarrollaba la acción más arriesgada. Había muchos rehenes retenidos en los vagones de un convoy y los terroristas los amenazaban. Es una situación compleja a la que no se pueden enfrentar los uniformados normales y se recurre a activos del más alto nivel policial, como el GEI en el caso de la simulación que os explicamos aquí. Son hombres especialmente preparados y diligentes para actuar en casos de especial complejidad técnica y operativa. Lo hicieron neutralizando a un terrorista y engrilletando a otro, como ya hemos descrito al inicio de estas páginas.

Perros y los guías de la Unidad Canina fueron usados en la fase previa al incidente para verificar que en el lugar no había una amenaza real. Les acompañaban técnicos del TEDAX/NBRQ.

Completar este reportaje señalando que, tan pronto se tuvo controlados y neutralizados a los distintos terroristas, se procedió a la evacuación de todos aquellos civiles que no habían escapado aún. Los heridos, una vez seleccionados por el personal que había entrado en la estación previamente y que incluía a sanitarios de la Unitat d’Intervenció i Suport (UIS) del SEM equipados con uniformidad táctica y prendas antibala que les son básicas para intervenciones en escenarios como el que se simulaban, fueron, poco a poco, llevados al espacio exterior donde se encontraba el área sanitaria con tiendas de campaña donde se atendió a no menos de setenta ciudadanos; se estableció allí también el área temporal de atención de afectados y familiares (ATAF) donde especialistas se encargaron de temas propios de atención psicosocial y psicológica.

Como apunte final, señalar que se desarrolló un dispositivo específico para localizar el vehículo en el que los que atentaron se habían personado en el lugar, para detectar posibles artefactos explosivos y conseguir datos precisos de ellos con técnicas policiales específicas de explotación de escenarios. La simulación que os hemos descrito ha servido, según fuentes oficiales, para validar la capacidad real de reacción ante un suceso de gran magnitud y comprobar que los protocolos desarrollados tras los atentados del 17 de agosto de 2017 en Barcelona y Cambrils son los correctos.

A los que han apoyado mi presencia facilitándome la toma de fotos -en esta simulación un aspecto complejo y no siempre posible- e información precisa, agradecerles de antemano su especial predisposición y cooperación.

Texto y fotos: Octavio Díez Cámara©                               Editor: Andreu Soler