Soy Policía de una localidad española desde hace más de diez años. En la actualidad contamos con la pistola Glock® 19 y el Taser® de servicio y en este tiempo he probado muchas formas de entrenamiento. Soy instructor de varias herramientas y he participado en cursos de todo tipo.
Pocas veces he sentido tanta diferencia entre dos sistemas como la que viví al comparar un simulador con gafas VR y el sistema VirTra V-ST PRO, que usa escenarios de video real en una sala física y te explico por qué.
Ambos prometen preparar mejor a los policías para situaciones de riesgo. Pero tras usarlos, tengo claro que no juegan en la misma liga.
Cuando me puse las gafas VR, la primera impresión fue buena: gráficos 3D envolventes, sensación de inmersión, personajes virtuales…
Pero al poco tiempo empecé a notar las limitaciones.
- No podía comunicarme con los compañeros que estaban en la sala,
- No podía acceder a mi cinturón real,
- El arma que usaba no tenía el peso ni el retroceso del arma de servicio. Además de no poder usar mi arma de servicio debido a un «coso» enorme que va encima del arma simulada.
- A veces tenía que pulsar un botón para recargar o «simular» una acción que en la calle es puramente física. El cargador no sale completamente para poder realizar una recarga táctica o de emergencia (!!) Me faltaba realismo.
Sinceramente, si entreno para situaciones donde se juega la vida, necesito que la experiencia sea lo más parecida posible a la realidad.
Después probé el VirTra V-ST PRO. La diferencia fue abismal. Estaba en una sala rodeado de pantallas que proyectaban video real con actores de verdad. Los movimientos, las miradas, los gestos… todo era natural. Podía usar mi equipo real: mi pistola con retroceso, mis cargadores, mi funda, mi linterna. Incluso podía hablar con los sospechosos del vídeo y con los compañeros a mi lado, usar las transmisiones tal y como lo haría en la calle.
Lo que más me impresionó fue cómo el sistema obligaba a mantener una conciencia situacional completa. Tenía que mirar constantemente a mi alrededor, cubrir ángulos, moverme como si estuviera patrullando de verdad. Y todo sin perder contacto con el entorno físico, sin mareos ni desconexión de lo que pasaba a mi alrededor. Porque las gafas VR te aíslan de todo lo que pasa en el mundo real. Todo lo que vives, está diseñado por alguien, no tienes capacidad de «pensar fuera de la caja». ¿Y si quiero arrastrarme a una cobertura, que, de repente, identifico como un sitio para protegerme y «evaluar daños»?
Porque esa es otra… Durante años hemos estado integrando todo lo que sucede en la calle en un entrenamiento combinado. Al principio, debemos como policías aprender a utilizar cada «herramienta» por separado. Pero una vez aprendido, ya hace años convenimos que el entrenamiento debe ser conjunto.
El tiro se queda «cojo» sin las transiciones a armamento no letal (o más bien al contrario). Debemos terminar los ejercicios con inmovilizaciones, grappling, engrilletamiento… Y con gafas VR es imposible.
Cosa aparte sería la medicina táctica o de combate. Torniquetes, acarreos, empaques de heridas, quedan fuera con el entrenamiento con gafas VR.
Mi conclusión es clara: las gafas VR quizás tienen su lugar en una fase muy básica e inicial del entrenamiento. Pero cuando hablamos de entrenamiento táctico realista, con trabajo en equipo, estrés, decisiones críticas y manipulación del equipo real, VirTra V-ST PRO es otro nivel. Es lo más parecido a estar en la calle, sin estarlo.
