Autor: Juan Pujol Fotos: Tactical Online, Octavio Díez Cámara y las marcas mencionadas
Últimamente, estamos asistiendo al desembarco de diversos visores de punto rojo de marcas más o menos conocidas que están sensiblemente por debajo del precio que nos tienen acostumbrados los visores de la “Champions Leage”.
Tradicionalmente, los visores de punto rojo han sido mercado de “unos pocos” y su coste siempre ha estado por encima de los 600€ en sus modelos más sencillos de entrada. También han existido visores que se parecían -muchas veces peligrosamente- a los profesionales, pero eran claramente imitaciones o falsificaciones no destinadas a un uso con armas de fuego.
En la actualidad marcas como Sig Sauer o Vortex han irrumpido en el mercado a la mitad de precio o menos, ofreciendo, al menos de entrada, características similares a líderes del mercado internacional como los suecos de AIMPOINT.
USO PROFESIONAL FRENTE A USO CIVIL: Ya hace unos años, durante unas jornadas de tiro que tuvieron lugar en la Escuela Militar de Montaña y Operaciones Especiales (EMMOE) den Jaca, unos estadounidenses que aparecieron allí con un simulador VirTra, hicieron rápidamente amigos entre los asistentes. Tras varios días de tiro y confidencias, uno de ellos se reveló como un ex “delta” -la DELTA Force es la élite entre las OE’s del United States Army-, que había hecho varios “tours” en Irak durante aquellas fatídicas noches de refriegas con los talibanes. Rápidamente, se cruzaron experiencias y surgió la habitual pregunta, sobre todo a alguien experimentado en diversos sistemas de armas, sobre qué le parecía esta arma o aquella, sobre…. Las respuestas que solía dar aún resuenan en las cabezas de varios de los asistentes… “¿Ha defendido algún país?” Aquel señor lo tenía claro y clasificaba a las armas en dos tipos: las que “habían sido puesto a prueba en la vida real” y las que no.
En este caso es muy importante diferenciar el uso para el que han sido pensadas las diferentes armas y sus complementos y accesorios. Los visores de punto rojo se han establecido como un accesorio común a armas largas y ahora también en las cortas. Parece que hoy en día no se entiende practicar, tanto en el mundo personal como el profesional, sin recurrir a ellos. Es por ello por lo que diferentes fabricantes han sacado toda una gama de visores que cubren una serie de necesidades bien distintas y, en buena medida, definidas por el uso final que se quiera dar a un determinado equipo.
Como podemos imaginar, el mercado estadounidense es mucho más prolífico en armas “civiles” que militares, ya que el negocio es mucho mayor, y por tanto la oferta también.
Aquí podemos encontrar la primera característica que queremos en un visor. ¿Lo voy a usar una o dos veces al año, preservándolo de los golpes, el barro y las inclemencias del tiempo? Si la respuesta es no, sigue leyendo. Si por el contrario es sí, “casi” cualquier visor te va a servir. Ya que no necesitarás ni la precisión, ni el mantenimiento de la homogeneización, ni tan siquiera la robustez y características técnicas –larga vida útil de las baterías, capacidad de inmersión, resistente a golpes,…- que te pueden ofrecer los visores de precio más elevado.
Como resumen a este punto podríamos decir, ¿Utiliza el mismo coche alguien que necesita que le lleve y le traiga con la máxima seguridad, confort y fiabilidad quien trabaja con él y le hace 100.000 km al año que uno que hace 10.000 km.? Pues eso.
Características especiales de los visores profesionales
Pero cuando hablamos de visores profesionales, ¿dónde esta la diferencia?
La diferencia más palpable es en su robustez y fiabilidad. Cuando utilizamos un visor de punto rojo, no debe fallar nunca. El sistema de puntería es tan importante como el sistema de disparo, si uno de ellos falla tendremos un problema “vital”.
Los visores profesionales están fabricados a prueba del entorno. Su chasis y construcción interna garantizan un uso de decenas de miles de disparos, en las mismas condiciones de porte y almacenamiento que el arma sobre la que están fijados.
Por la naturaleza de su composición, un visor óptico de punto rojo es una colección de cristales, electrónica y pilas sobre un arma de fuego. Puede tener muchos puntos débiles, especialmente cuando los exponemos a temperaturas extremas, inercias y “manazas”.
Algo tan sencillo como el contacto del alojamiento de las pilas, o tan complicado como la variación del punto de impacto debido a los cambios bruscos de temperatura, son cuestiones que pueden poner nuestra vida en peligro.
Podríamos resumir las características que diferencian los visores profesionales de los civiles o “deportivos” en:
- Robustez y durabilidad
- Mantenimiento de la homogeneización del punto
- Fiabilidad
- Brillo
- Luminosidad de la óptica
- Autonomía de las pilas
Sistemas de auto-apagado, captadores solares, etcétera
Los visores de nueva creación, como casi todos los productos que llegan a un mercado ya establecido pueden destacar por dos razones, posicionarse como el mejor u ofrecer características diferentes. Y cuando digo diferentes no hago referencia a mejores sino diferenciarse de lo previamente establecido.
En la actualidad, estos visores de gama baja introducen “novedosas retículas”, “auto-apagado”, “panel solar”… Aquí cada uno tiene que pensar si, realmente, son novedades “útiles” cuando ya existen visores, como los de punto rojo de AIMPOINT que duran años y años encendidos con la misma pila.
Precio
Ahora vamos entendiendo algo más del porqué de unos precios frente a otros, pero aún hay más. Y son los procesos de fabricación, control de calidad y ejecución de garantías.
Los visores de rango más inferior suelen estar fabricados en países asiáticos y, como mucho, terminados de ensamblar en el país occidental de la marca. Así eluden restricciones de comercialización en determinados concursos de compra, además de poder “mostrar al mundo” que han sido fabricados siguiendo todos los estándares occidentales.
Existen dos grandes plantas de fabricación de visores en China. Casi todos, por no decir todos los visores de gama media y por supuesto baja, están fabricados en ellas por encargo para diferentes marcas, algunas conocidas.
Es difícil encontrar, de manera explícita, donde se fabrican algunos de los visores. Aunque un rápido vistazo a determinados modelos permite observar una sospechosa similitud en carcasas y características.
Conclusión
En definitiva, la adquisición de un visor de punto rojo depende de varios factores pero el más importante, por encima de su valor, es si de ese elemento de puntería dependerá en algún momento tu vida. Si la respuesta es afirmativa, merece la pena reducir riesgos innecesarios y optar por los modelos que usan aquellos que defienden, con acciones combativas intensas y exigentes, a determinados países.
Autor: Juan Pujol Fotos: Tactical Online, Octavio Díez Cámara y las marcas mencionadas
Este artículo fue publicado en el número de la Revista Táctical Online Octubre 2019.