Texto y Fotos: Octavio Díez Cámara©
Pasaban pocos minutos de las doce del mediodía del miércoles 1 de junio de 2022 cuando se produjo una fortísima explosión que generó un ruido atronador y hasta proyectó algunos cascotes que cayeron sobre el tejado que nos protegía. En ese instante, me encontraba conversando con el coronel José Antonio Jañez que es el actual Director de la Escuela de Montaña y Operaciones Especiales (EMMOE) que tiene sus principales instalaciones lectivas en el Acuartelamiento “San Bernardo” de la ciudad oscense de Jaca.

Lo que percibimos eran parte de los efectos de unas cargas que se habían colocado en unos tramos de muro realizado en bloques de hormigón prefabricados para que los que se adiestraban pudiesen comprobar sus efectos a la hora de materializar en esas paredes unos butrones para facilitar un hipotético acceso al interior.


Semana intensa
Esa mañana, sobre las diez, habían llegado al Campo de Maniobras y Tiro de “Las Batiellas”, que dista unos diez kilómetros de Jaca, varias furgonetas y vehículos todo terreno tipo “pick up” con un aspecto claramente civil que no delataba a quienes en ellos viajaban y otros, como un VAMTAC configurado como ambulancia medicalizada o los clásicos Nissan “Patrol” ML-6, con el tono verde militar característico del Ejército de Tierra.

Quienes en ellos viajaban eran en su mayoría alumnos de unidades militares y policiales que, encuadrados en un objetivo general que apuesta por el trabajo conjunto, asistían a las III Jornadas de Aperturas con Explosivos y Herramientas Mecánicas para Unidades de Operaciones Especiales (OEs), aunque también les acompañaban profesores aportados por la propia EMMOE, el Mando de Operaciones Especiales (MOE) del ET y la Fuerza de Guerra Naval Especial (FGNE) de la Armada.

Alumnos, instructores y otro personal de apoyo, sumando una cifra de unas treinta personas, se concentraron a su llegada en un espacio al aire libre acomodado para servir de aula en la que los alumnos recibían detalles propios sobre la preparación específica en la que se les instruía. Esa mañana, se les agrupó en cuatro grupos de cinco personas de forma que militares y agentes trabajan juntos con un mismo objetivo. Se les habían mostrado las características físicas del punto donde debían colocar una determinada carga explosiva para realizar un agujero de suficientes dimensiones -o butrón- como para que personal que formase parte de Equipos Operativos (EOs) de asalto dentro de una acción directa o de detención pudiese acceder fácilmente al interior de una casa o estancia para neutralizar a aquellos que allí se encontrasen y fuesen su objetivo.

Se mostró a los grupos el material disponible para preparar sus cargas, se les dieron algunas explicaciones sobre el propósito o efectos de los diferentes tipos de explosivos disponibles, y se les dejó tiempo para que se pusiesen manos a la obra. Usando datos que tenían en ordenadores portátiles y apoyándose en la experiencia de unos y otros, que ya conocían la temática propia de artificieros y especialistas que les caracteriza por su dilatada vida profesional en las distintas unidades participantes, fueron trabajando. Algunos prepararon estructuras de apoyo realizadas en diferentes materiales para conformar un diseño que les permitiese disponer cordón detonante y el explosivo pertinente de forma que lograsen los efectos concretos pretendidos; otros, prepararon conceptos distintos.

Unos y otros estuvieron un buen rato midiendo los diferentes tipos de cordones detonantes disponibles para cortarlos en las proporciones buscadas, dividiendo en porciones los paquetes de explosivo PG-2 y PG-3 para conformar una tipología de carga concreta, o repasando todo para poderlo conectar con la eficacia pretendida a la carga de apertura principal. En el tiempo que los instructores les habían dado, grupo que interactuaba en continuidad con el alumnado para resolver dudas o corregir algunos aspectos que pudiesen surgir en el desarrollo de un trabajo que debe realizarse siguiendo unos cauces especialmente meticulosos y detallados, pusieron a punto cuatro conceptos distintos de cargas. Unos sobre soporte rígido realizado “ad hoc” con los materiales disponibles, otros basados en una disposición de explosivo que se colocaba en porciones sobre la pared para dar lugar a una forma determinada, y hasta hubo quien probó un concepto que aprovecha una estructura sintética comercial específica para aperturas que sirve para situar en su interior explosivo y cordón detonante de forma que se sitúe en una disposición concreta y con una forma determinada.

Por grupos, y de forma secuencial, se dirigieron hasta una zona próxima donde se habían construido unos muros gruesos que serían el objetivo donde se realizaría esa práctica. Fueron colocando sus cargas en puntos concretos que se les habían indicado, un proceso que realizaron trabajando todos en equipo y simulando tanto la aproximación a un punto objetivo imaginario como el despliegue de protección que daba cobertura a sus compañeros artificieros mientras realizaban, usando sobre todo cintas adhesivas de doble cara, la fijación de los artefactos a las paredes. Los cordones detonantes de las distintas cargas se unieron entre sí de forma que llegaban a un mismo iniciador, artefacto desde el que, cuando todo el personal estaba a cubierto en el espacio que les hemos identificado al inicio de estas páginas, se generó la activación que provocó la explosión simultánea de cuatro conceptos distintos de cargas de demolición controlada.
Los efectos en el hormigón, totales. Rompieron las paredes de la forma buscada y lo exitoso de su trabajo quedaba especialmente patente en sus semblantes y en cómo fotografiaban con sus teléfonos móviles los efectos conseguidos.
Cinco días de trabajo
Lo descrito no fue nada más que una de las prácticas conjuntas a las que asistí durante las III Jornadas de Aperturas con Explosivos y Herramientas Mecánicas para Unidades de OEs. Sobre las mismas, les explicaremos algunos detalles de lo que vimos y aconteció tanto en Jaca como en Batiellas.

En la publicación genérica de esta oferta formativa, que se ha realizado en su tercera edición y es liderada por la EMMOE, se ofrecían una serie de plazas y se especificaba a quienes estaban dirigidas, que se requería que los concurrentes aportases, cuáles eran algunos aspectos del bloque teórico y práctico que incluía esta preparación, y otros detalles propios relacionados con temas logísticos de alimentación, alojamiento o aspectos puramente administrativos. Los profesores, coordinados por el comandante David Z. “Vaquilla” Jefe de la Oficina de I+D de la EMMOE, fueron media docena de experimentados militares aportados por la Escuela oscense, la FGNE y el MOE. Los alumnos, que eran tanto cuadros de mando como tropa diplomados o con la aptitud básica de OEs que desempeñen funciones de especialistas en explosivos en sus EOs o unidades de destino, pertenecían a los grupos/bandera de este último y a su Unidad de OEs (UOE), a varios estoles de la FGNE y a los Equipos SOALI (Special Operations Air Land Integration) del Escuadrón de Zapadores Paracaidistas (EZAPAC) del Ejército del Aire; estuvieron acompañados, y esto ha sido una novedad en la edición de este año, por componentes de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado (FCSE) que incluían a policías del Grupo Especial de Operaciones (GEO) de la Policía Nacional y guardias civiles de la Unidad de Acción Rural (UAR), el Grupo de Acción Rápida (GAR) y la Unidad Especial de Intervención (UEI).


Las jornadas formativas en las que han participado esos agentes y militares, que calificaríamos de élite por la tipología y características de las unidades a las que están adscritos, se han desarrollado entre los días 30 de mayo y 3 de junio de 2022 en las instalaciones antes descritas y han incidido sobre todo en una capacitación técnico-profesional forjada sobre todo con clases prácticas apoyadas también por una serie de teóricas que, generalmente, se hacían a primera hora de cada jornada. En total han sido 52 horas lectivas especialmente intensas.
La preparación que tanto militares como policías han recibido ha sido especialmente exigente. La finalidad objetivo ha sido actualizar y coordinar procedimientos de aperturas usando tanto explosivos como medios mecánicos, de forma que el personal de unidad de OEs mejorase su capacitación en el empleo concreto de ese material. El trabajo conjunto ha permitido también incidir en la necesaria unificación de tácticas, técnicas y procedimientos (TTPs), pues es muy probable que componentes de determinadas unidades tengan que trabajar en diferentes teatros de operaciones y escenarios de forma conjunta; complementariamente, se ha pretendido explicarles cuáles son los materiales más actuales que podrán emplear en las aperturas, presentación que en el colofón de esta intensa semana de preparación ha contado con la presencia de determinadas empresas y técnicos de las mismas que les han dado detalles de diseños y desarrollos especialmente recientes.

La asistencia a adiestramientos tan intensivos como el que se ha desarrollado en estas jornadas permitirá a quienes asisten, y gracias a los conocimientos adquiridos de aquellos que son sus formadores/capacitadores, llegar a ser especialistas conocidos como “breacher”, un potencial que beneficiará a los EOs donde estén encuadrados. Su preparación les hace idóneos para desarrollar todos aquellos protocolos relacionados con el proceso de planificación y ejecución de aperturas usando explosivos o medios mecánicos propios o aprovechando, en una determinada situación, aquellos medios de circunstancias que puedan tener a su disposición. Por su preparación, estos especialistas podrán liderar clases teóricas y prácticas para que sus compañeros conozcan algunos aspectos concretos y beneficien a la capacidad del conjunto en sus misiones.

Aprovechando el aula de técnicos o la nave multiuso de la EMMOE o las zonas acondicionadas para este tipo de ejercicios prácticos en las instalaciones de Batiellas -un espacio que año tras año va creciendo en entidad y en los elementos que se ponen a disposición de quienes allí se adiestran- se han llevado a cabo teóricas relacionadas con aspectos como el planeamiento de la misión, las aperturas mecánicas, el “breaching” balístico y térmico, las aperturas usando artefactos explosivos concebidos para tal fin, las actuaciones propias para neutralizar artefactos improvisados (CIED, Counter Improvised Explosive Devices),…, a la vez que las prácticas han incluido el empleo de herramientas hidráulicas en diferentes puntos de vehículos, la ejercitación propia del empleo de municiones sobre bisagras y cerraduras de puertas, el uso de lanzas térmicas o sierras de alta capacidad, la colocación de cargas explosivas de distinta configuración y capacidad para abrir puertas convencionales o blindadas, la práctica con cargas pequeñas para validar sus efectos en determinadas superficies y hasta la validación del proceso de realización de butrones en gruesas paredes, todo ello en un marco generalmente diurno pero que también ha contado con preparaciones al ocaso para aproximar a los asistentes a la peculiaridad propia del horario nocturno; también han realizado ejercicios tácticos diurnos y nocturnos.

Decirles que los asistentes se han aplicado en distintos procedimientos y conocimientos que se encuadran dentro de los estándares de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) para llevar a cabo el combate en áreas urbanizadas y proceder a la apertura de obstáculos en ese entorno operativo concreto, todo ello dentro de lo que establece la evolución más reciente de la Doctrina Aliada Conjunta para OEs.

Como apunte final, y dando las gracias a todos aquellos que me han facilitado la presencia, dejar claro que aquellos que han finalizado, sin incidencias y sin cometer faltas de seguridad, las III Jornadas de Aperturas con Explosivos y Herramientas Mecánicas para Unidades de OEs han alcanzado el designado nivel 1 de “breacher”, capacitación que sólo un pequeño colectivo de militares y agentes tienen ya en España. En la EMMOE, que recientemente ha sido nombrado Centro de referencia para las OEs de las Fuerzas Armadas españolas, son líderes en determinadas formaciones específicas del más alto nivel que capacitan en montaña y OEs, un esfuerzo que ha implementado su oferta formativa en los últimos años de cara a ser un espacio Docente de referencia nacional e internacional.