Hoy se cumplen quince años del mayor atentado islámico de la historia que se llevó por delante 2.973 vidas de personas, entre ellos 411 bomberos, policías y sanitarios, y las ilusiones y planes de decenas de miles.

No fue un hecho aislado, el listado de atentados en nombre del islam contra objetivos occidentales es tan tremendo como extenso: 23O Moscú con 123 muertos, 11M en España con 191 muertos y más de 1.500 heridos, 2N en Amsterdam, 7J en Londres 52 muertos y 700 heridos, 28J Glasgow, 12D Estocolmo, 18J en Burgas, 19M en Touluse y Montauban, 15A Boston, 22M Londres, 25M Paris, 29M Bruselas, 20O Montreal, 22O Otawa, 31O avión ruso 224 muertos, 14N Paris 127 muertos y 180 heridos, 14F Copenhage, 13N Paris 130 muertos y 350 heridos y 22M con 34 muertos y mas de 200 heridos.

Hijos, madres, padres y hermanos vieron como su vida se truncaba, algunos la retomaron como pudieron, con la memoria siempre presente de los suyos, y otros no.

Cuando ocurre un atentado terrorista de esta magnitud, mucha gente muere instantáneamente, son el objetivo. Instantes después, los servicios de emergencia se activan y miles de primeros respondientes acceden al lugar del siniestro sin más información que el propio atentado. No saben si habrá ataques posteriores, si aquello se mantendrá en pié o se derrumbará con ellos dentro. Cualquier persona normal, en su sano juicio, no acudiría a la carrera hacia un ataque terrorista. Pero ellos eran especiales, eran Policías, Bomberos, Sanitarios y no lo piensan, están hechos de otra pasta, son héroes y no, no visten capas, visten de azul, rojo, amarillo…

Vaya este pequeño homenaje por los cientos de miles de héroes anónimos que velan cada día por nosotros, desde el silencio.

¿Cuantas personas habrían muerto sin el sacrificio de estos 411 héroes?