Texto: Octavio Díez Cámara© Fotos: Octavio Díez Cámara©
“Los hombres liderados por un Infante de Marina, capitán Jefe del 6º Estol “Illetas” de la Fuerza de Guerra Naval Especial (FGNE) de la Armada, preparaban su equipo y armamento de cara a una inserción nocturna que iba a tener lugar pocas horas después. Tras una reunión de coordinación en la que ultimaron algunos detalles y fueron informados de aspectos recientemente conocidos, se dirigieron con su material hacia varios vehículos con los que realizarían el tránsito de casi un centenar de kilómetros que les separaba del punto objetivo.
A la vez que activaban las baterías de sus gafas binoculares nocturnas y procedían a iniciar su desplazamiento por carreteras y pistas, otro grupo de militares de Operaciones Especiales (OEs), en este caso de un equipo SOATU-ALI (Special Operations Air Task Unit-Air Liaison Integration) del Escuadrón de Zapadores Paracaidistas (EZAPAC) del Ejército del Aire y del Espacio, acometía un proceso parecido. A pie, se dirigieron hasta una zona próxima donde se encontraban aparcados varios aparatos NH90 del Batallón de Helicópteros de Maniobra (BHELMA) III de las Fuerzas Aeromóviles del Ejército de Tierra (FAMET) y algunos SH-60B “Seahawk” de la 10ª Escuadrilla de la Flotilla de Aeronaves (FLOAN) de la Armada. Embarcaron en ellos y esperaron el inicio de la inserción aérea hasta un punto próximo a donde se tenía que desarrollar la acción principal.
La misma, con el nombre clave de “Cuco”, buscaba liberar a dos españoles que habían sido capturados en un país alejado de España por un grupo guerrillero que amenazaba actuar contra ellos si no obtenía un determinado fin. Los militares de la FGNE se constituían en Equipo de Asalto y tenían encomendado llegar hasta donde se encontraban retenidos para neutralizar a los vigilantes, localizar su ubicación precisa, realizar su identificación positiva y proceder a su extracción segura y rápida del lugar por vía aérea; el segundo núcleo, del EZAPAC, conformaba un Equipo de Reacción que permanecería en los helicópteros, y amparados por la oscuridad de la noche, cerca de donde se desarrollaba la operación de liberación con el cometido de intervenir si sus compañeros requerían, en función de los acontecimientos que se pudiesen producir, de su refuerzo inmediato.”
Las líneas con las que comienzo este relato en relación con el Ejercicio SOFEX-22 (Special Operations Forces EXcercise) no son más que un relato preciso de una pequeña parte de lo que aconteció en ese adiestramiento de carácter anual que se desarrolla por distintos puntos de la geografía insular y peninsular española.
Liderazgo operativo
SOFEX es el ejercicio conjunto más importante que cada año realizan las unidades de OEs de las Fuerzas Armadas españolas. Está liderado y dirigido por el Mando Conjunto de Operaciones Especiales (MCOE) que, con medio centenar de efectivos especialmente capacitados para su compleja labor técnica que exigen las operaciones de planeamiento de primer nivel, tiene sus instalaciones en la madrileña Base de Retamares y tiene como Jefe al general de brigada de Infantería de Marina Ángel R. Herrezuelo Pérez.
Desde el Estado Mayor de la Defensa (EMAD), emitieron, el 3 de octubre de 2022, una nota de prensa titulada: “El Mando Conjunto de Operaciones Especiales se adiestra en el planeamiento y conducción de Operaciones Especiales”. En la misma se explicaba: “Desde el 29 de septiembre al 7 de octubre tiene lugar el ejercicio anual de Operaciones Especiales SOFEX-22 cuyo objetivo es el adiestramiento en el planeamiento, la conducción y la ejecución de Operaciones Especiales, limitadas en espacio y tiempo, desde el puesto de mando del Mando Conjunto de Operaciones Especiales (MCOE) en la Base de Retamares, organizado y estructurado como Mando Componente de Operaciones Especiales Nacional (SOCC-n). De este SOCC-n dependen los medios de combate o Grupos de Operaciones Especiales (SOTG), con sus apoyos de combate participantes en el ejercicio. Además, se constituye un equipo que se encarga de dar realismo al ejercicio, inyectando las incidencias necesarias para la consecución de los objetivos de adiestramiento, tanto de las unidades que se adiestran en el ejercicio, como del propio MCOE. En el SOFEX-22 participan unidades de OE del Mando de Operaciones Especiales (MOE) del Ejército de Tierra, de la Fuerza de Guerra Naval Especial (FGNE) de la Armada y del Escuadrón de Zapadores Paracaidistas (EZAPAC) del Ejército del Aire y del Espacio, así como helicópteros NH90 de las FAMET del ET, helicópteros SH-60B de la 10ª Escuadrilla de la Flotilla de Aeronaves de la Armada; medios de obtención de inteligencia ISR (Intelligence, Surveillance and Reconaissance) como el “Scan Eagle”, entre otros, además de otras unidades de apoyo y equipos de simulación… SOFEX es el único ejercicio nacional conjunto de operaciones especiales con participación real de fuerzas (LIVEX), que se realiza con periodicidad anual y que permite poner en práctica los escalones de mando, así como impulsar y potenciar la interoperabilidad de las UOEs, medios aéreos y de apoyo de combate implicados en una operación especial.”
TACTICAL Online estuvo representada en SOFEX-22 por quien os explica su desarrollo. Se preparó un escenario ambientado en una zona inestable ficticia en la que surgían conflictos territoriales derivados de la escasez de materias primas. Al escenario se le llamó EURAPIA, espacio con cinco países. Eran Bolidor, Guyasilam, Medocia, Venogal y Suandia, naciones en las que, dentro de un entorno de comercio y prosperidad que se había dilatado por muchas décadas, habían vivido de forma pacífica gentes de distintas culturas.
Allí, se habían ido generando distintas inestabilidades que habían llevado a la intervención de una Fuerza militar internacional. En la misma se habían incluido efectivos de OEs que en el caso que nos ocupa se habían derivado, bajo la coordinación de MCOE, a dos Grupos Operativos (SOTGS, Special Operations Task Group) a los que se encomendaban distintos cometidos; uno, ficticio quedaba localizado en un emplazamiento próximo a la menorquina Mahón, y el otro real se desplegó en un lugar cercano a Logroño.
Este último, que llevó el peso de las operaciones planteadas para dar respuesta a las incidencias que buscaban el mejor adiestramiento de los allí concentrados, se designó como SOTG “Alfa” y quedó establecido en la Base “Héroes de Revellín” que, situada cerca de Agoncillo (La Rioja), acoge las instalaciones y medios del BHELMA III. Hasta allí se llevaron sofisticados equipos, que incluyeron antenas de enlace por satélite para facilitar las comunicaciones sin interferencias en tiempo real, y se destacó distinto personal en un número que podemos situar en alrededor de ciento cincuenta militares.
Todos ellos actuaron dentro de un despliegue que simulaba el propio de una Base Operativa Avanzada o FOB (Forward Operation Base). Se preparó un emplazamiento para el estacionamiento de distintos tipos de vehículo todo terreno y camiones, otro con tiendas de rápido montaje ocupadas por el personal de OEs, y se aprovechó un edificio de la Base para establecer varias salas en las que trabajaban los asignados al SOTG.
Una de ellas, la principal, incluía una pantalla de presentación principal y unas secundarias en las que se podían visionar imágenes, datos o presentaciones que servían para que los allí situados pudiesen llevar a cabo sus tareas en una continuidad 24/7. El grueso de personal y el teniente coronel Jefe lo aportó la FGNE, aunque también había otros militares del Ejército de Tierra y el Ejército del Aire y del Espacio. Varias decenas de ellos, focalizados en operaciones de planeamiento de segundo nivel, se repartían en células de trabajo y, con sus propias estaciones informáticas, realizaban cometidos relacionados con el personal, la Inteligencia, la Logística y otras áreas propias de una planificación militar tan exigente como la que se simulaba; la vigilancia física de los accesos, que en situaciones como la planteada es una actividad crítica y especialmente demandante, estuvo confiada a Infantes de Marina de la Agrupación de Madrid (AGRUMAD) de la Fuerza de Protección (FURPRO).
Los SOTG adscritos dependían del SOCC-n (Special Operations Component Command Component, nacional) que estaba físicamente instalado en aprovechando las instalaciones fijas del Puesto de Mando no desplegable del MCOE, actuando su personal técnico y sus medios materiales siguiendo protocolos de trabajo idénticos a los que caracterizarían a los propios del caso de una acción militar que se les pudiese encomendar. Recordar que MCOE, asumió por motivos obvios, de forma limitada en espacio y tiempo- el planeamiento, la ejecución y la ejecución de misiones de OEs encuadradas en los cometidos clásicos de acción directa y reconocimiento especial; en la mañana del día 5 de octubre se personó en SOFEX-22 el teniente general Francisco Braco Carbó que es el Comandante del Mando de Operaciones (CMOPS), visita que buscaba ver como se adiestraban y como se preparan las fuerzas allí destacadas y transmitirles la confianza, en sus capacidades y preparación, de sus escalones superiores de Mando.
Dos misiones principales
El SOTG “Alfa” de Agoncillo coordinaba importantes medios que incluían dos Unidades Aéreas de Tareas de OEs (SOATUs), una de las FAMET y otra de la FLOAN que tenían asignados varios tipos de helicópteros de transporte usados para la inserción y extracción del personal durante SOFEX-22. También contaban con el apoyo de elementos ISR (Intelligense, Surveillance and Reconaissance) que, entre otros, incluyeron drones tipo RPAS (Remotely Piloted Aircraft System) controlados a distancia -se usaron los “Scan Eagle” de la 11ª Escuadrilla de la FLOAN o los “Tarsis”- volando con sus sensores diurnos y nocturnos para vigilar los objetivos y recabar cualquier dato que pudiese ser aprovechado en beneficio de conseguir el éxito en la misión; estuvo presente también un núcleo EXCON/HICON, encargado de asumir incidencias y controlar la ejecución/inyección de esfuerzos para conseguir los objetivos de simulación real sobre el terreno, y se contó con militares del Tercio de Armada (TEAR) de la Infantería de Marina y de la Unidad Enemigo/OPFOR del Centro Nacional de Adiestramiento (CENAD) de San Gregorio simulando los adversarios a los que se tenía que hacer frente.
Las misiones llevadas a cabo esos días fueron varias, aunque dos principales centraron la actividad de las Unidades de OEs (UOEs) que, buscando el mayor realismo, realizaron su actividad en distintos puntos reales del noreste de España. Allí estuvieron presentes tres Unidades tipo SOTU (Special Operations Task Unit) lideradas por tres capitanes y formadas sobre la base de otras tantas aportaciones concretas: la Unidad de Operaciones Especiales (UOE) del Mando de Operaciones Especiales (MOE) del Ejército de Tierra, el 6º Estol “Illetas” de la FGNE y la SOATU-ALI del EZAPAC. SOFEX buscaba que estos tres SOTUs realizasen la planificación de tercer nivel, el táctico, para dar respuesta en tiempo real a aquellas situaciones que se fuesen produciendo.
Alrededor del fin de semana del 1 y 2 de octubre se desarrolló la primera misión principal. Designada con el nombre clave de “Casa” implicó el despliegue previo de medios HUMINT (Human Intelligence), SIGINT (Signal Intelligence), de RPAS y otros más para obtener determinados datos que podrían ser beneficiosos y relevantes a la hora de conseguir el éxito en la misión. Con toda esa información se preparó una misión que tenía la finalidad de neutralizar la capacidad operativa de un grupo terrorista al actuar sobre un individuo que era importante dentro de la organización, buscando con ello un mejor conocimiento de lo que era tanto la red como sus nodos.
Para lograrlo, lo que en la práctica puede implicar desde comprar su apoyo a neutralizarlo físicamente, se optó en este adiestramiento de alto nivel por el despliegue de un EO con vehículos todo terreno de perfil discreto -se suponía se actuaba en un tercer país- que llevaron a los militares de OEs de la UOE del MOE y otros más a completar una misión que, realizada en continuidad durante dos jornadas, implicó primero una acción de reconocimiento especial para lograr la identificación positiva del sujeto buscado y después una acción directa para lograr el objetivo inicial.
La segunda gran operación de SOFEX-22 recibió el nombre de “Cuco”. En la misma se dio respuesta a un tipo de problemática que es de lo más habitual: dos ciudadanos españoles, un hombre y una mujer, habían sido tomados como rehenes por un supuesto grupo terrorista en un país extranjero. Se les debía localizar y actuar para liberarlos. Se actuó con medios HUMINT e IMINT (Image Intelligence) para intentar localizar el punto exacto donde se les tenía retenidos, lo que se consiguió. Se validó que eran quienes se buscaba y también se tuvo conocimiento que a una hora concreta de una fecha determinada se había previsto que fuesen trasladados a un aeródromo para embarcarlos en un avión y llevarlos a otro lugar. Se tenía que actuar con celeridad para evitar su desplazamiento y liberarlos.
Esa voluntad derivó en la preparación de una operación de rescate que, en el argot de las OEs, se conoce como HRO (Hostage Rescue Operation). La fase final de la misma se inició en la mañana del 5 de octubre al requerir que, usando la información disponible hasta la fecha que les fue proporcionada desde el SOTG “Alfa”, los tres EOs de OEs allí presentes se involucrasen en la preparación de su liberación. Tras la fase inicial de planificación por parte de los SOTUs, la valoración de lo que proponían y la concreción del plan a ejecutar se procedió a realizar en la tarde de ese mismo día una serie de preparaciones prácticas empleando una estructura similar a la del objetivo para que los intervinientes pudiesen adiestrarse más concretamente en ese escenario y en las acciones necesarias para buscar a los dos ciudadanos españoles y extraerlos sanos y salvos de allí; las simulaciones, a las que asistí, fueron especialmente vistosas y claras respecto de lo que acontecería horas después.
Esa misma noche se procedió a la inserción de militares de la hasta la zona donde estaban los retenidos, movimiento en el que fueron apoyados por personal del EZAPAC que viajó en helicópteros de transporte hasta un punto próximo conformando un Equipo de Reacción. La acción de liberación tuvo lugar aprovechando la oscuridad de la noche y propició la localización, la identificación y, tras atenderles de unas pequeñas heridas que supuestamente habían sufrido con ocasión de su captura, el traslado del hombre y la mujer hasta una FOB propia.
SOFEX-22 ha sido un éxito de MCOE y de las Unidades de OEs participantes que han demostrado una muy buena preparación y una excelente predisposición para trabajar de forma coordinada en un entorno muy exigente en el que su adiestramiento y capacidades específicas son especialmente necesarias a la hora de llevar a cabo unas misiones complejas en las que el carácter de los ejecutantes marca la diferencia respecto a otros cometidos más convencionales. Gracias a todos por vuestra colaboración conmigo.