Texto: Octavio Díaz Cámara ® Fotos: Octavio Díaz Cámara ® USMC, MAGPUL
Aquellos que han tenido la posibilidad de disparar armas de fuego en continuidad, seguramente por su actividad profesional militar y policial o por ser activos participantes en alguna de las competiciones de tiro más dinámicas, sabrán que buena parte de los problemas de interrupción en las armas se deben a una deficiente alimentación de los cartuchos generada en buena medida por el uso de diferentes tipos de cargadores.
Esa realidad fue la que impulsó, ya hace unos años, a la compañía estadounidense MAGPUL a trabajar en un intenso proceso de Investigación y Desarrollo (I+D) que, después de materializar varios prototipos y probarlos de forma intensa, les llevaría a iniciar la fabricación de los que hoy por hoy son considerados la mejor gama de cargadores que está a la disposición de aquellos que quieran la mayor fiabilidad y eficiencia, además de un costo económico que incide favorablemente en su adquisición y uso.
Los trabajos iniciales de MAGPUL, que se iniciaron en 1999, se centraron en la obtención de un cargador fiable, robusto, seguro y eficaz para las armas tipo M16/M4 de uso generalizado entre los ejércitos y departamentos de Policía de los Estados Unidos. Los usuarios militares y policiales empleaban en su mayor parte cargadores metálicos de aluminio que tendían a tener problemas en sus labios superiores -los que sujetan los cartuchos almacenados- y sus muelles internos. Frente a esa concepción clásica, se apostó por renovar el elemento exterior de almacenamiento optando por uno de configuración curvada realizado en materiales sintéticos de polímero que aportan ligereza y robustez. La revisión de todos los elementos internos llevó a poner a punto el modelo más exitoso de MAGPUL, el PMAG 30 que hoy, en los diferentes modelos que han ido evolucionando aquel concepto, se ha convertido en el estándar con el que otros que intentan emularlo se miden.
Que se necesita
Aunque en la actualidad se sigue discutiendo sobre el hecho de la poca capacidad incapacitante de los cartuchos del 5,56x45mm de uso generalizado en los ejércitos de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) y de otros países afines, y hay varios programas en marcha para incidir en la puesta en servicio de una nueva familia de armas recamaradas para usar uno novedoso de 6,5mm que destaca por sus altas prestaciones a distancias largas, la realidad que conocen bien los profesionales es que cuando van a realizar misiones tienen que llevar consigo una cantidad suficiente de potencia de fuego que les permita salir airosos de las situaciones más comprometidas. Esa necesidad, demostrada en entornos tanto urbanos en los que los policías se enfrentan a grupos de delincuentes especialmente violentos como en otros ámbitos donde despliegan militares para realizar una amplia panoplia de cometidos y misiones de alto riesgo, hace que cada uno intente tener consigo lo que le garantice que cuando dispare lo hará con eficiencia y sin tener fallos de alimentación.
Por eso, son muchos los que ya usan los PMAG de los que en muchos casos suelen llevar no menos de siete consigo -uno en el arma y al menos seis más en su chaleco porta equipo- y lo hacen porque confían en ellos. Si es verdad que distintos ejércitos, como el Cuerpo de Marines de los Estados Unidos (USMC, United States Marine Corps), apoyan oficialmente su uso y proveen a sus soldados, en una decisión especialmente acertada, con un material que es el mejor de su tipo.
Otros profesionales, a modo más personal optan por adquirirlos y usarlos en sus armas, situación que en el caso español es bastante común entre algunos de los que forman parte de los Equipos Operativos (EO’s) de los grupos del Mando de Operaciones Especiales (MOE) del Ejército de Tierra. Lo hacen sobre todo porque en sus experiencias internacionales, en las que han usado sus armas en distintos tipos de misiones, han tenido la oportunidad de valorar por sí mismos que el uso del mejor material incidirá tanto en su supervivencia como en el logro final del objetivo que tengan que asumir o por el hecho, contrastado y claro, de que caben dos PMAG en el alojamiento donde sólo se puede situar uno de los normales que llegaron con los fusiles de asalto HK G36E/K/C que incluyen acoples laterales que los hacen más voluminosos de lo que sería conveniente. Importante es concretar que se ofrece un modelo específico de PMAG idóneo para su uso en los G36 y así poder reemplazar, con eficiencia y economía, aquellos que ya se llevan usando mucho tiempo y ya no son confiables, un aspecto que debería tomarse en consideración por parte de los responsables del Ministerio de Defensa español como una opción válida, rápida y eficiente para incidir en una mejor dotación generalizada de los diferentes colectivos de militares de España.
Decirles también, para afianzar el hecho de que se trata de los mejores cargadores que en la actualidad pueden adquirirse para alimentar distintos modelos de fusiles de asalto que admitan los del tipo normalizado en la OTAN, que desde finales del pasado siglo han venido siendo usados en los por los famosos Delta Force -la élite dentro de las Operaciones Especiales del Ejército estadounidense- que se dotaron ya hace años con los fusas germanos HK416, un punto a favor para que quienes emplean estos últimos, como es el caso de la Fuerza de Guerra Naval Especial (FGNE) española, puedan también hacer uso de los PMAG. Estos últimos también fueron empleados por el favoso DEVGRU (Development Group), el nombre oficial que se le da al SEAL (SEa, Air and Land) Team 6 de la Marina estadounidense, la élite especialmente focalizada en cometidos antiterroristas y de alto riesgo que fueron quienes acabaron con Osama Bin Laden en la localización paquistaní de Abbottabad en la que se había refugiado.
En los PMAG más clásicos, de los que el más común es el que tiene capacidad para 30 municiones pero también los hay concebidos para situar 10 , 20 ó 40, podemos encontrar, en función de los varios tipos de los que se fabrican, opciones que ofrecen detalles como la ventana lateral para comprobar el número de cartuchos remanentes en el interior, la geometría curvada interna para un movimiento armónico de los cartuchos en su tránsito desde su lugar de almacenaje hasta la recámara, su construcción en un polímero ligero y altamente resistente que es “amigable” en las manos de quienes los manipulan o manejan, el contar con un muelle elevador de los cartuchos que es de acero inoxidable y tiene un tratamiento exterior MilSpec, el hecho que estén disponibles en el clásico color negro y en otros más ahora en boga, o el que incluyan una teja elevadora auto lubricada que incide favorablemente en la fiabilidad y tiene un diseño optimizado para un funcionamiento impecable que evita movimientos no deseados en el tránsito de los cartuchos hacia la recámara. Por cierto, en su parte inferior se incluyen unas zonas con rebajes en las que, con ayuda de un rotulador, se pueden introducir marcas para una más rápida identificación visual del tipo de munición específica que puede acoger un cargador, pudiendo así realizar el tránsito más fácil entre el uso de cartuchos convencionales y otros que pueden incluir los trazadores, perforantes o subsónicos, estos últimos óptimos para cometidos en los que se busque una mayor discreción operacional.
Potencia y versatilidad
Los PMAG 30 son tan óptimos que hasta el famoso USMC los ha seleccionado para ser el complemento ideal de los fusiles de asalto tipo M27 IAR (Infantry Advanced Rifle) contratados con Heckler & Koch, llevando cada uno de ellos, destinado a brindar apoyo de fuego a quienes forman parte de un pelotón de Marines, siete de estos cargadores en una variante de color FDE (Flat Dark Earth) y ventanas laterales que muestran cuanta munición queda en el interior.
Afianzando la necesidad de potencia de fuego, que sustente distintas misiones en las que se prevea un enfrentamiento armado o el tener que hacer frente a un adversario de entidad superior para poder soslayar una situación comprometida, se puede optar ahora por el PMAG D-60 que cuenta con un cuerpo superior clásico y una tolva redondeada inferior donde caben nada menos que 60 municiones, una aportación que es óptima para evitar el cambio de cartuchos y para poder mantener ráfagas controladas sobre un objetivo durante el tiempo necesario que permita acabar con la amenaza que pueda suponer. Óptimo sería proveer a los pelotones o EO’s con algunos de ellos, reforzando así su capacidad de respuesta como complemento del uso de las ametralladoras ligeras que suelen llevar consigo en buena parte de sus despliegues; opcionalmente, las fuerzas policiales adscritas a unidades de asalto o de intervención podrán emplear los distintos modelos de los PMAG para hacer frente a situaciones de alto riesgo, como las que se derivan de ataques de terroristas o enajenados, en las que haya que demostrar una contundencia y eficiencia que va más allá de lo que es clásico en el entorno en el que suelen desarrollar sus operativos más usuales.
MAGPUL ha ido introduciendo en su oferta de otros modelos concebidos para usos bien distintos de los descritos. Entre ellos se encontrarían los PMAG AC y AC L que tienen capacidad para 5 o 10 municiones, son de configuración monohilera para favorecer la alimentación y generar menos volumen, y están destinados a rifles de cerrojo como los que emplean diferentes colectivos de tiradores de alta precisión, los conocidos como sniper. Con ellos, que respectivamente están destinados a modelos de acción corta -calibres como el versátil 7,62x51mm o el novedoso 6,5 Creedmoor- o larga -el potente .300 Winchester Magnum-, se consigue incidir en la fiabilidad que requieren estos profesionales que actuarán con un fuego preciso y determinante sobre objetivos de oportunidad o sobre otros que busquen en concreto neutralizar. Otros sniper, o colectivos provistos con armas semiautomáticas/automáticas adaptadas al 7,62x51mm/.308 Winchester, podrán optar por los PMAG exclusivos que con capacidad para 10, 20, 25 ó 50 cartuchos -éste con tambor circular- han sido diseñados para ofrecer al usuario la fiabilidad clásica de esta marca y la eficiencia que requieren.
Complementándolos, se han introducido también otros de la serie PMAG GL9 que están destinados a acoger municiones del 9x19mm Parabellum y dotar a los colectivos que emplean la fenomenal pistola austriaca Glock. Hay versiones para las clásicas G17 o para las semi compactas G19 y compactas G26, en la configuración de capacidad que es la normal en ellas. Opcionalmente, se proponen otros de mayor potencial de almacenamiento, como uno en el que pueden situarse 21 cartuchos y otro con capacidad para 27, que son más idóneos para aquellas situaciones en las que los profesionales militares o policiales tengan que enfrentarse. En adición hay otro más con tolva circular para 50 cartuchos que complementa a una gama en la que encontramos detalles tan positivos como su zona inferior rediseñada para facilitar el cambios de cargador más dinámicos -su tapa cuenta con zona para marcar y diferenciar los que acogen a distintos tipos de municiones-, unas pequeñas aberturas en sus costados para de un rápido vistazo ver cuántas municiones quedan en un momento dado dentro, teja de elevación roja para una rápida identificación de que ya no hay cartuchos o un muelle elevador fruto de la tecnología más reciente para favorecer su funcionamiento impecable incluso en situaciones con polvo o humedad en las que otros menos avanzados fracasarán.
Todos esos beneficios que se obtienen con los cargadores MAGPUL están ya disponibles en España, y muchos ya se están beneficiando de ellos, de forma que es cómodo, y además especialmente económico, el adquirirlos a través de AASIAS.com.
Texto: Octavio Díaz Cámara ® Fotos: Octavio Díaz Cámara ®USMC, MAGPUL
Este artículo salió publicado en el número de Táctical Online Abril 2020.