Texto: Octavio Díez Cámara© Fotos: Octavio Díez Cámara©
La realidad policial de Estados Unidos tiene aspectos que se asemejan a la de entornos que nos son más próximos y otros que son bien distintos. Entre estos últimos se incluiría el proceder propio de los Equipos Caninos que suelen estar durante sus turnos de trabajo moviéndose por las distintas zonas que tienen asignadas y así están en disposición de intervenir, con inusitada rapidez en muchos casos, cuando hay una alerta radio o se concreta algún incidente grave.
He estado en varias ocasiones visitando el Departamento del Sheriff del Condado de Maricopa en Arizona (MCSO, Maricopa County Sheriff Office). En mis aproximaciones de carácter táctico he compartido adiestramientos y operaciones con su personal. Conozco lo que es la dinámica de sus Equipos Caninos o K9como ellos los designan y llevan rotulado en sus vehículos- y se la voy a explicar, de forma genérica, en estas páginas.

Normalmente, guía y perro viajan en un todo camino tipo SUV especialmente habilitado que incluye una zona trasera un canil y espacio para situar equipo complementario al propio de los oficiales, en este caso provistos de prendas antibala con placas de alto nivel de detención y armados con efectivas semiautomáticas Glock del 9x19mm y fusiles de asalto tipo M4 del calibre 5,56x45mm en los que han incorporado los efectivos visores de punto rojo tipo “Micro” de la compañía sueca Aimpoint.

Una vez en el punto de despliegue, el agente saca al perro del vehículo e incluso, si la circunstancia así lo aconseja, le pone una prenda antibala que lo protegería de proyectiles de armas ligeras. Trabajan conjuntamente. El hombre coordina y pone los ojos, y el perro coopera con su olfato para localizar indicios y actuar si llega el caso. Buena parte del año, en Phoenix (Arizona), donde se centralizan las operaciones del MCSO hace un calor elevado y se debe incidir en la máxima hidratación de hombres y perros.
La Unidad Canina que les vamos a presentar son un núcleo full time -de adscripción total y única a ese cometido- con una labor especializada y un alto potencial de intervención en situaciones nada convencionales. Son cualidades que les hacen óptimos para realizar misiones de forma individual o para participar en diferentes dispositivos dentro de la labor general del organismo policial al que pertenecen.

División SWAT
Los cometidos que esos oficiales y sus compañeros realizan con ocasión de sus jornadas de trabajo no son para nada convencionales porque forman parte de la dinámica propia de una estructura compleja en la que hay diferentes recursos y capacidades para, de forma coordinada y en algunos casos programada con antelación, poder actuar en consecuencia ante diferentes tipos de sucesos o amenazas.
De lo que es la orgánica, os podemos decir que en el seno de la estructura de este Sheriff de Arizona se encuentra la División SWAT (Special Weapons and Tactics). La coordina un capitán que actúa como Comandante y cuenta con el apoyo de dos tenientes que son comandantes tácticos y un asistente administrativo. Esa pequeña célula, que también actúa como coordinadora en incidentes especialmente graves en los que se activan los recursos de la División SWAT incluye en su seno tres unidades que le confieren su peculiar capacidad de actuación.

Son la Unidad de Operaciones Tácticas (TOU, Tactical Operations Unit) que se constituye como equipo de asalto especializado e incluye una docena de hombres que, liderados por un sargento, se pueden disgregar en dos elementos de asalto compactos o en uno de mayor entidad; un Equipo de Artificieros (EOD, Explosive Ordnance Disposal Team) en el que se aglutinan tres especialistas BT (Bomb Technician) y un sargento que también dispone de esa misma cualificación técnica, y la Unidad Canina (K9, Canine Unit) que es la protagonista de este reportaje.
Dentro de esta última se mantienen organizadas dos escuadras -la 1ª y la 2ª- que se reparten unos 15 agentes entre oficiales del Sheriff y oficiales de prisiones. Todos ellos, que suelen trabajar coordinadamente, se reparten de forma que unos días de la semana, para así cubrir los distintos servicios que de improviso puedan surgir y aquellos otros que se tengan previstos con antelación, están trabajando unos y el resto de jornadas los otros. Cada escuadra tiene como máximo referente a un sargento que ostenta el cargo de Team Leader.

En el seno de cada escuadra suelen incluirse, en función de la disponibilidad real de personal, tres o cuatro equipos conformados por guía y perro. Se trata e un binomio que trabaja junto en continuidad para obtener el máximo rendimiento en operaciones. Deciros que hay algunos formados con agentes –Deputy Sheriff– pertenecientes al colectivo que patrulla por las calles y zonas rurales y otros en los que encontramos a quienes son personal carcelario –Detention Officer– que prestan sus servicios vigilando los centros de detención donde se mantienen presos a todos aquellos que han cometido delitos significativos; el MCSO dispone de otros equipos caninos –en número aproximado de una decenas- adscritos tanto a la Unidad de Investigaciones Especiales como a la Unidad de Búsqueda y Rescate, por lo cual la especialidad es consistente y contundente en el seno de esta organización policial estadounidense.

Respecto de la Unidad K9 señalar que junto a quince oficiales despliega una veintena de canes y que estos lo hacen siempre con el mismo guía, aunque hay alguno de ellos que tiene asignado más de un perro y trabaja con uno u otro en función de lo que se le pueda requerir.
Los miércoles suele ser el día de adiestramiento general y todos se reúnen en algún lugar del Condado para coordinarse o para asumir periodos formativos que inciden en determinados factores que buscan mejorar su eficiencia como núcleo de alta especialización que son. En cuanto a su despliegue, señalar que, en general, una de las escuadras trabaja jueves, viernes y sábado por la noche, porque son días de especial intensidad policial a moverse más la gente y salir a realizar actividades de ocio nocturno, mientras que la otra lo hace domingo, lunes y martes.

Sobre su operativa laboral, hablando con sus responsables nos explicaron que la mayor parte de las activaciones para las que se les llama -en algunos casos conocen previamente que se realizará un determinado dispositivo y que se contará con su presencia- son de noche, horario en el que se concentra en su zona de responsabilidad el mayor número de delitos y crímenes. Supinos de nuestros interlocutores algunos detalles específicos de los mismos. Nos detallaron que lo que más les caracteriza es asistir a determinados incidentes que son atendidos primero por otros policías y para los que se les recaba se presenten para aportar las capacidades que ofrece el dúo agente-perro.
Muchos operativos están relacionados con jóvenes que salen de noche y beben o toman drogas, o con sujetos menos jóvenes que después de su jornada laboral pasan por locales para consumir bebidas alcohólicas de alta graduación. Ambos grupos, cuando están en estado de embriaguez, son más activos en la dinámica de cometer algún delito. Se suelen organizar patrullas dinámicas o estáticas de control de alcoholemia en las que pueden llevarse personal K9 para que sus perros localicen en vehículos si se transportan pequeñas cantidades de droga para consumo personal o para el pequeño trapicheo de ese tipo de sustancias narcóticas.

También se les encomiendan actividades más tácticas. Se engloban dentro de ámbitos como el antiterrorista o el propio de situaciones en las que se tengan que acometer detenciones de alto riesgo. En muchos de los dispositivos para los que la Unidad Táctica TOU es requerida intervienen ellos con un equipo de guía canino y perro para proporcionarles apoyo en su progresión hacia el objetivo, para emplear el animal en la localización y/o neutralización de aquel que buscan detener -iría con bozal o sin él en función de determinados parámetros del incidente- o como recurso que le asistirá en entradas dinámicas ante la hipotética presencia de trampas explosivas con las que se intente actuar contra el equipo de asalto.

El MCSO ha dispuesto en su dinámica laboral que siempre que se actúe con el núcleo de asalto policial haya por lo menos un equipo K9 acompañándoles. Es del todo relevante que los guías caninos constituyen un complemento idóneo para realizar apoyos de cobertura perimetral en beneficio de los efectivos adscritos a la TOU, cometido definido dentro de sus protocolos de trabajo y para el cual los agentes reciben una preparación específica y son habituales en determinados adiestramientos para mejorar su capacitación y efectividad en ese rol concreto.
Otra misión que les es propia, y relevante en su carácter como fuerza policial, es aquella asociada a las patrullas que tanto los oficiales de prisiones como los otros agentes pueden realizar en instalaciones carcelarias para intentar localizar pequeños alijos con los que los prisioneros cubren sus propias necesidades y que en algunos casos emplean para ejercer su poder y control sobre compañeros o terceras personas. También se encargan de detectar armas u otros objetos que puedan ser usados en beneficio de determinados colectivos de presos.

Especialización consistente
En beneficio de esas actividades, y de otras que en determinadas circunstancias se les puedan asignar, disponen de algunos de sus perros adiestrados para la localización de distintas sustancias explosivas asociadas a artefactos regulares o improvisados (IED, Improvised Explosive Devices), así como otros especializados en las labores de búsqueda y localización de sustancias narcóticas.

A esas especializaciones suelen unir otra, pues en la mayoría de los casos se opta por una capacitación dual de sus canes. Muchos están formados para labores de ataque en la que la presa intensa de su boca en algún miembro de un sujeto hará que desista de su actitud violenta. También es importante reseñar que a alguno se le ha enseñado como proceder para el seguimiento de rastros, en especial en las zonas rurales del condado, y en la búsqueda y localización de evidencias asociadas a algunos delitos o de determinados sujetos que se hayan perdido. Asimismo, se les llama para ayudar en las labores de búsqueda de cadáveres relacionados con actividades delictivas o con otros incidentes y para cooperar con otras agencias -en especial aquellas que tienen menos recursos- en zonas fronterizas del estado de Arizona cuando su presencia pueda ser conveniente.
La actividad que les caracteriza es especialmente intensa y sus cometidos muchos y variados. Para facilitar que sean especialmente efectivos durante toda la jornada laboral, que es de diez horas continuadas durante cuatro días cada semana, se han habilitado en los domicilios de los guías unos caniles para los perros. De esta forma que el animal pasa a ser un miembro más de la familia y sale a patrullar con el policía -que se lleva su vehículo policial a casa- cuando inicia su jornada y regresa con él cuando la finaliza. Ello es así gracias a que disponen de vehículos todo camino especialmente habilitados, incidiéndose así en una mayor disposición para sus servicios y para estar en disposición de actuar si se presenta una situación especialmente grave que así lo requiera.

En general, durante una jornada normal cada equipo canino es alertado de dos a cuatro veces para que se persone en un determinado lugar. Es normal que para apoyar a unidades como la TOU se recabe que la jornada de trabajo sea en algunos casos mayor de la normal. Lo es también el que durante los días libres estén en disposición on call y que puedan ser llamados a trabajar si el MCSO requiere de su aportación característica.
Respecto de todo lo relacionado con la obtención de los especialistas policiales que se convertirán posteriormente en guías, les diremos que buena parte de los que consiguen esta posición laboral están en ella por un periodo especialmente largo que puede ser en caso superior a los diez años. Por ese motivo, cuando queda alguna vacante libre hay muchos dispuestos a ocuparla.
Se requiere que los que aspiren sean voluntarios para ese nuevo trabajo, que tengan al menos dos años de experiencia previa patrullando por las calles y que superen una serie de pruebas que incluyen una validación de su capacitación física y una entrevista oral con los dos sargentos supervisores que forman parte de la plantilla de la Unidad Canina.
Usualmente, una vez al año se abre el proceso selectivo. Los ascensos de los uniformados y su promoción profesional inciden en esa necesidad, y dado que se conoce lo que define a su trabajo en las calles hay bastantes componentes de la plantilla decididos a intentarlo. Una de las últimas convocatorias incluyó a quince candidatos que fueron evaluados a conciencia, siendo sólo tres los que resultaron preseleccionados.

Tras esa fase previa, deberán capacitarse en un proceso que implica que al nuevo guía se le asigne un determinado perro para que, desde el inicio de su actividad complementaria, se formen como equipo de forma conjunta. Lo harán siendo asignados a una K9 Academy que pueden impartir ellos mismos o otras agencias policiales próximas a la zona donde despliegan.
Básicamente, la preparación de guía y de perro requiere de entre ocho y diez semanas intensas en las que les proporciona todo el equipo que caracterizará su labor y se insiste en el adiestramiento para conseguir que el animal sea obediente a las órdenes del guía y realice con precisión aquellas capacitaciones que sean de interés: explosivos, drogas, ataque o patrulla. En el caso de los guías del MCSO siempre un perro combina una de las dos primeras con una de las dos últimas.
Se trata, con una evolución que es progresiva y que variará en función de cada agente y perro, que ambos componentes del equipo hombre/perro vayan avanzando en su conocimiento mutuo y en la especialización que les haga efectivos en lo que se desea de ellos.

Apuntar que un binomio K9 viaja normalmente en un vehículo todo camino tipo SUV que incluye rotulaciones en su pintura que identifican su especialización. Son especialmente potentes, incorporan dispositivos de refrigeración, cuentan con mecanismos que bajan automáticamente los vidrios para evitar una temperatura excesiva en su interior y avisadores de situaciones extremas para los agentes -que también llevan un mando a distancia para hacer que la puerta se abra y el perro pueda salir y apoyarles-. Cuentan con un espacio habilitado especialmente para el animal detrás de los dos asientos delanteros e incorporan una serie de cajones en la zona posterior para ubicar cascos antibala, armas de asalto, munición,…, y elementos para la logística del perro que incluyen depósitos de agua, bolsas con comida, material para el cuidado y cepillado, y hasta prendas antibala específicas.

Decirles, como colofón, que a los perros les hablan con palabras checas, alemanas,…, que identifican perfectamente como órdenes de quienes los guían y se corresponden con sus países de origen. Hasta ahora era común que usasen pastores alemanes pero ahora se están decantando más por los Mallinois belgas que son muy rápidos y ágiles, una cualidad que en su caso, y dado su empleo potencialmente táctico, les es más favorable. Además -nos explicaron- esta última raza tiene un menor tamaño corporal, es más obediente y es más inteligente, siendo más impulsivos y activos a la hora de enfrentarse a una amenaza o adversario.

Esta Unidad, que ha permanecido activada desde 1986, es distinta por la preparación táctica que les caracteriza, con agentes que han superado también una SWAT School de una semana de capacitación técnica como complemento de su formación como guías caninos. Esa dualidad formativa hace que sean únicos en toda Arizona y estén habilitados para actuar diligentemente en diversos dispositivos y activaciones; además, por tener sobre veinte perros en la Unidad Canina son un elemento de tamaño muy superior al de agencias en las que lo usual es disponer sólo de media docena.