Texto: Octavio Díez Cámara ® Fotos: Octavio Díez Cámara ®, GEOF
“Honor y valor para hacer cumplir la Ley” figura en un rótulo de un importante acuartelamiento de la Policía Federal Argentina (PFA) en la zona de la avenida Presidente Figueroa Alcorta de Buenos Aires. Es un espacio donde están algunas unidades montadas y que, por su ubicación, permite una rápida proyección de quienes allí tienen su sede y también, por contar con diferentes áreas urbanas y amplias zonas, realizar ejercicios especialmente dinámicos de forma discreta.
Gran actividad
En ese entorno trabajan los que forman parte del Departamento de Grupos Especiales de Operaciones Federales (GEOF). Se trata de la Unidad antiterrorista más capacitada dentro de la estructura del Ministerio de Seguridad de la República Argentina y está encuadrada dentro de la PFA. Este Departamento cubre varios cometidos que se encuadran en llevar a cabo misiones en las que el personal policial regular pueda verse superado, por lo que se empeñan en la ejecución de acciones de prevención del delito como en las de represión o en constituir el último escalón de respuesta ante distintos tipos de situaciones de crisis que puedan atentar contra su país, las representaciones extranjeras allí acreditadas o la ciudadanía en general. Su capacidad multidisciplinar hace que al GEOF pueda alertársele para situaciones como: las tomas de rehenes de tipo planificado contra terroristas o de carácter eventual en el caso de delitos frustrados; neutralizar a sujetos hostiles parapetados y teniendo con ellos armas de fuego o explosivos; acutar en asaltos a edificios que conlleven una alta peligrosidad o una elevada complejidad; llevar a cabo allanamientos de rápida definición; participar en dispositivos de custodia de determinadas personalidades y personas VIP’s (Very Important Person); reforzar con equipos móviles tipo CAT (Counter Assault Team) o con francotiradores a la División de Custodia Presidencial que protege al mandatario que ocupe la “Casa Rosada” o para asumir aquellos cometidos especiales en las que su preparación y capacidad les haga ser diligentes y efectivos.
Su actual estructura de trabajo -según nos explicaron- emula a la del FBI (Federal Bureau of Investigation) de los Estados Unidos -HRT (Hostage Rescue Team) en Quantico y equipos SWAT (Special Weapons And Tactics) en las unidades regionales. El Departamento GEOF suele actuar de forma coordinada con el Departamento de Unidades Tácticas del Interior (UTI) -son grupos especiales para situaciones de menor complejidad de los que tienen activos ya varios de los ocho programados- y con la División Centro de Especialidades está encuadrado dentro de lo que es la Dirección General de Fuerzas de Operaciones Especiales (FOE).
El GEOF tiene como máximo representante a un Comisario Inspector y engloba a algo menos de trescientos efectivos que se reparte entre la División Administración y Logística que tiene asignado a un grupo de funcionarios muy experimentados y con muchos años de servicio adscritos a trabajos relacionados con todos aquellos aspectos de índole general -oficinas, talleres, almacenes, cursos, enlaces,…- y la División Operaciones que es la que directamente asume el cometido más táctico. Esta última, que también tiene como Jefe a un Comisario, se subdivide en cuatro secciones: la Sección Negociación e Inteligencia Táctica en la que encontramos dos grupos de negociación, la Sección de Canes Tácticos que está en proceso de consolidación con perros tipo Mallinois belgas, la Sección de Francotiradores conformada por varios equipos de tirador y observador cualificados tanto para trabajar en ambientes rurales como urbanos, y la Sección de Grupos de Asalto que es la mayor de las cuatro y tiene una entidad próxima a los cien hombres; los de esta última se reparten ente los grupos designados “Alfa”, “Bravo”, “Charly” y “Delta”, que tienen ente veinte y veinticinco policías en cada uno. Para determinados operativos pueden disgregarse en equipos de seis u ocho hombres, siendo el mínimo elemento de trabajo de dos policías. Todos ellos, tienen la capacitación que les califica como operadores generales de su especialidad policial, incluyendo algunos que han realizado formaciones concretas que les habilitan en aperturas, en el salto paracaidista tanto en la modalidad automática como en la manual o como buceadores de combate.
Al tener cuatro grupos activos, pueden tener siempre uno en alerta inmediata y al resto empeñados en temas de adiestramiento o descansando. Buscan con ello el tener la capacidad de, como ha sucedido ya en varias ocasiones, poder alertar y desplegar al menos a dos de ellos; se trata de periodos de alerta de veinticuatro horas, aunque ellos las identifican localmente como “24 por un café” porque su duración es relativa y en ocasiones se transforman en 48, 72,…, o en una semana en continuidad. Ese carácter y disponibilidad hace que, de acuerdo con el Decreto 87/2003, reciban un suplemento económico particular por “especialidad de alto riesgo”.
Formación y adiestramiento
Es usual que en las instalaciones del GEOF de Buenos Aires o en otros puntos del país se reciban a especialistas de otros países para darles algún tipo de práctica o teórica sobre distintas técnicas. Trabajan habitualmente con altas representaciones estadounidenses, como la del Comando Sur, el FBI o la Compañía “Charlie” del 7º Grupo de Fuerzas Especiales del United States Army.
Para llegar a ser uno de sus miembros se activan con carácter anual procesos selectivos en los que se busca personal subalterno, desde agentes a cabos, y personal superior de ayudante a inspector. Se tiene en cuenta la consigna que dice que “para ser un buen GEOF uno tiene que ser un buen policía, y para ser un buen policía uno tiene que ser una buena persona”. Los candidatos se presenta voluntarios y se les pide que tengan una experiencia de servicio mínima de dos años y que cumplan una serie de prerrequisitos.
Los seleccionados pasarán a realizar el Curso Básico para Grupos Especiales de Operaciones Federales para el que el Departamento GEOF aporta instructores. Entre ochenta y cien agentes son concentrados, en régimen de internado en el que se sigue un sistema de hostigamiento y estrés permanente, en unas instalaciones de doscientas cuarenta hectáreas conocidas como “Campo 17 de noviembre” que están en Ezeiza, a unos treinta y siete kilómetros de la Capital Federal. Son entre diecinueve y veinte intensas semanas allí en las que los instructores se encargan de la gestión de una preparación inicial que asumen todos los aspirantes a modo de iguales, independientemente de su rango. Se les instruye en muchas materias. Al final sólo suelen quedar entre un 15-20% de los que lo inician. Como colofón, y en una ceremonia final, reciben el distintivo que les acredita como cursantes de la especialidad.
No todos los que lo consigan pasan al GEOF, pues es un destino voluntario y hay personas que quieren el Curso para mejorar su curriculum. Los que sí se decidan tienen que continuar formándose por un periodo total que dura unos dos años y medio. Un año lo dedicarán, ya en sus destinos, a temas de mediana complejidad. Si superan ese periodo pasarán otro año más asumiendo tareas de alta complejidad que incluyen las de recuperación de rehenes o las de intervención de sujetos atrincherados. Un examen continuado de su dedicación y profesionalidad les permitirá permanecer destinados en el GEOF.
Paralelamente, podrán ser capacitados en el paracaidismo militar básico, el paracaidismo militar avanzado o como jefes de salto, en el Curso de Fuerzas Especiales del Ejército o en especializaciones como los cursos de “Montes y de Sierra” o de “Montaraz” de la Gendarmería. Tienen que prepararse y realizar una calificación semestral en temas de puntería de combate enmarcadas en tareas críticas y de estrés. Cada día practican operativos de CQC (Close Quarter Combat) y una vez por semana los desarrollan con fuego real. Bimestralmente tienen que superar unas pruebas de buceo y de natación de combate, siendo obligatorio que realicen un salto en automático al menos cada tres meses y uno manual cada dos.
Alguno puede formarse en una o en varias de las distintas especialidades que les mencionamos: la que llaman “brechero” y les capacita, durante tres exigentes semanas, para aperturas convencionales y no convencionales con elementos mecánicos -arietes, palancas, mazas,…-, balísticos -escopetas- y explosivos; el Curso “Sniper” que dura seis semanas y habilita en las técnicas y acciones propias de tiradores y observadores, ejercitándose sobre todo en temas de movimiento, camuflaje, empleo de rifles de precisión o uso de visores de observación; el Curso Grupo de Apoyo Táctico (GAT), dos semanas en las que se les enseñan técnicas de organización y ejecución actuando como grupo de apoyo táctico en custodia de dignatarios, traslado de detenidos o movimiento de determinadas sustancias o materiales, o el Curso de Negociador Policial que dura cuatro semanas y adiestra a distinto personal en el manejo y desarrollo de una negociación ante situaciones de crisis.
Dilatado historial
El GEOF nació con la voluntad de tener una capacidad de respuesta en el interior del país. Desde el punto de vista histórico, el GEOF, a diferencia de otros grupos especiales de policías de otros países, no surgió al haberse producido ya un hecho determinado.
Por el contrario, dentro de la PFA, es el resultado definitivo de dos vertientes claramente definidas. Una la encontramos en lo que podríamos llamar como grupos de carácter especial dentro del Cuerpo Guardia de Infantería (CGI) que en 1910 se incorporó a la orgánica de la Policía de la Capital Federal. En su seno surgieron elementos como los Grupos de Allanamiento que actuaron contra grupos de anarquistas o delincuentes particularmente peligrosos en la década de los treinta del siglo pasado, los Grupos de Reducción de Dementes que actuaban contra personas víctimas de alguna enfermedad mental que buscaban auto agredirse o hacerlo a terceros, o los Grupos Especiales que se formaron en 1975 aglutinando a los dos anteriores. La otra vertiente sería la que, a partir de 1978, se generó al constituir el Centro de Adiestramiento Policial Especial (CAPE), una institución lectiva donde se desarrollaron cursos proporcionados por miembros del Grupo Especial de Operaciones (GEO) de la Policía Nacional española o del entonces Grupo Antiterrorista Rural (GAR) de la Guardia Civil.
Todas esas experiencias anteriores pueden considerarse como un precedente al nacimiento del GEOF. Fue en 1994, ahora hace un cuarto de siglo, cuando se encomendó al Superintendente de Interior Ángel Juan Antonio Ramírez, que ya había realizado algunos cursos con el SWAT de Miami, la creación de una Unidad de Operaciones Especiales autónoma para actuar, dentro del la PFA, en todo el país. El análisis de los índices de delitos y estudios geopolíticos llevó a constituir en 1995 la Sección GEOF en Tucumán, evaluando a cuarenta y cinco suboficiales para seleccionar a veintiocho que realizarían su entrenamiento en destino durante seis meses. Paralelamente, personal del CGI y de la Escuela Federal de Policía, realizaban el primer Curso GEOF para oficiales, una preparación que lograron aprobar nueve de diecinueve postulantes. En 1996 se creó en Rosario (provincia de Santa Fe) la 2ª Sección GEOF que se organizó con los veinticuatro agentes que aprobaron de un total de sesenta y seis voluntarios. Ese mismo año tuvo lugar el primer Curso mixto de Oficiales y Suboficiales, y en 1997 se constituyó la Sección Buenos Aires, quedando dividida la capacidad del GEOF en tres secciones.
A finales de 1999 se fusionaron en la División GEOF. En 2014 la División pasó a tener mayor rango y adopta el nivel de Departamento. En los veinticinco años de historia del Grupo argentino al que dedicamos estas páginas ha participado en numerosos incidentes que incluyen casi medio centenar de incidentes de toma de rehenes, veintidós de personas parapetadas y cientos de otros servicios que han derivado en su despliegue para poner fin a incidentes graves, detener a delincuentes especialmente peligrosos o proteger la vida de determinadas personas. El cabo Ábalos, tirador de precisión, perdió la vida en un enfrentamiento armado con delincuentes que lo asaltaron al llegar a su casa.
Texto: Octavio Díaz Cámara ® Fotos: Octavio Díaz Cámara ®, GEOF
Este artículo fué publicado en el número de la Revista Tactical Online Enero 2020