Texto : Octavio Díez Cámara ® Fotos: Octavio Díez Cámara ®, LASD
Es muy conocida por todos, y seguramente a ello ha ayudado mucho la filmografía surgida de la potente industria asentada en la conocida Hollywood, la casuística policial que define a la populosa ciudad estadounidense de Los Ángeles.
En el control de la delincuencia y de aquellos que ocasionalmente infringen la Ley conocemos bastante bien el papel que juega el Departamento de Policía de la ciudad, el conocido como LAPD (Los Angeles Police Department). Menos difundida, aunque no menos relevante, es la asignación de cometidos que se le dan a otra importante organización que allí realiza sus funciones, cubriendo además de la ciudad a otras zonas adyacentes que conforman su Condado.
A ese elemento policial, el Departamento del Sheriff de Los Ángeles (LASD, Los Angeles Sheriff Department), que conozco bien al haber compartido con algunas de sus organizaciones distintas visitas y actividades profesionales, vamos a dedicar este reportaje que pretende darles una información genérica de lo que es y le caracteriza.
Antes de avanzar en lo que son estos últimos aspectos, comentarles que el Condado de Los Ángeles es el más poblado de los Estados Unidos e incorpora nada menos que ochenta y ocho ciudades junto a otras áreas no metropolitanas. En ese espacio, que cubre unos 10.570 kilómetros cuadrados -es el área terrestre a la que hay que añadir otros casi mil ochocientos más de zona marítimo/costera- y es más extenso que algunos estados, vive la cuarta parte de los californianos, algo más de diez millones de personas.
Departamento modélico
Dar servicios de Policía a una cantidad tan enorme de habitantes no es una tarea fácil y sí un cometido especialmente exigente. Para aportar los recursos humanos necesarios en esa ingente labor, el LASD, que desde diciembre de 2018 dirige el Sheriff Alex Villanueva nacido en 1963 en la populosa Chicago, se cuenta con una estructura en la que trabajan cerca de dieciocho mil hombres y mujeres que conforman la cuarta agencia policial local más grande de todo el país. Junto a unos diez mil uniformados, que son oficiales graduados en una Escuela propia establecida al efecto de preparar a los recién llegados e incidir en el adiestramiento continuado de los diferentes colectivos profesionales, encontramos a casi ocho mil profesionales contratados para realizar desde tareas administrativas a diferentes servicios de apoyo. Están reforzados por otros cuatro mil doscientos civiles que actúan de forma voluntaria y un millar adicional de personas encuadradas tanto en la reserva como en el colectivo de exploradores.
Cubren sus misiones en beneficio preferente de tres millones de personas que viven en las zonas más rurales o en el marco de cuarenta y dos ciudades de ese entorno en donde desarrollan su actividad, pues el resto de núcleos urbanos del Condado de Los Ángeles se ha decantado por organizar y mantener sus propios recursos policiales. Ellos son los encargados, después de materializar acuerdos contractuales concretos, de vigilar y dar Seguridad a buena parte de la red de trenes y autobuses que velan por el transporte colectivo comunitario y a determinados campus de instituciones lectivas de la zona.
El LASD opera con unos recursos muy importantes, que van desde cabezas tractoras que mueven remolques de gran magnitud habilitados para labores de Coordinación y Puesto de Mando móvil a la tecnología de los drones ahora tan en boga, con los que apoya la actividad general de sus uniformados. Son recursos caros y para mantener operativa la estructura se trabaja con unos presupuestos importantes que han ido creciendo en los últimos años y que para el periodo fiscal de 2020 a 2021 incluían partidas que sólo en gastos directos e indirectos del personal se aproximaban en las últimas previsiones conocidas a los 5.000 millones de dólares. Ese monto permitiría mantener la gran actividad que les caracteriza y permite mantener organizadas y trabajando distintas estaciones en la zona norte -Lancaster, Malibu/Lost Hills, Palmdale, Santa Clarita y West Hollywood-, la zona centro -Avalon, Century, Compton, East Los Angeles, Marina del Rey y South Los Angeles-, la zona sur -Carson, Lakewood, Lomita, Norwalk y Pico Rivera- y la zona Este -Altadena, Crescenta Valley, Industry, San Dimas, Temple y Walnut-.
Siendo más detallistas, decirles que la estructura que dirige el Sheriff Villanueva, incluye elementos como su oficina personal con diecisiete personas, el Departamento de Prensa donde trabajan cuarenta y ocho especialistas en información, la División de Estándares Profesionales con doscientos setenta y tres efectivos, la División de Servicios Administrativos que aglutina el esfuerzo de setecientas ochenta y ocho personas, o el Mando de Personal en el que trabaja una cifra de ochocientos cincuenta y dos hombres y mujeres.
Coordinados por el Vice Sheriff -éste auxiliado por un núcleo de ocho colaboradores directos- están los núcleos más específicos del LASD. Son tres. Uno la Oficina del Sheriff Asistente para Operaciones de Custodia que tiene una plantilla de cinco mil seiscientos treinta oficiales repartidos entre la División General de Servicios de Custodia, la División de Programas Especializados de Servicios de Custodia y la Administración de Servicios de Custodia. El Segundo es la Oficina del Sheriff Asistente para Operaciones de Patrulla, con tres mil seiscientos treinta y dos agentes que despliegan en cuatro divisiones que trabajan en las estaciones de otras tantas zonas que antes les hemos reseñado y que cuentan con un capitán como máximo responsable de ellas.
Por su parte, el tercero, la Oficina del Sheriff Asistente para Operaciones en el Condado agrupa el esfuerzo de los mil ciento treinta y tres agentes de la División de Tecnología y Apoyo que cuenta con los Departamentos de Servicios Científicos, de Datos y Sistemas, de Identificación o de Comunicaciones; los novecientos setenta y tres de la División de Detectives con núcleos especializados en la seguridad de las calles, el fraude, los ciber crímenes, los homicidios, narcóticos, el tráfico humano, las víctimas especiales o el robo de vehículos; los dos mil ochenta y cuatro de la División de Servicios de la Corte que trabajan tanto en los transportes como en las instalaciones de la Judicatura; los mil doscientos cuarenta y cinco asignados a la División de Servicios en el Condado, y los nada menos que seiscientos ochenta y dos adscritos a la División de Operaciones Especiales.
Capacidad táctica
Dentro de ésta última, que es muy importante por los recursos humanos y técnicos que maneja, encontramos a personal que vigila en los medios de transporte, a aquellos preparados para responder a situaciones de emergencia, y diversos núcleos de élite formados por personal que ha recibido un adiestramiento y una formación bien distinta de la que caracteriza a los uniformados que realizan su actividad cotidiana en las calles o en las zonas de patrulla. Uno de los colectivos es el designado como Rescate Aéreo, núcleo que lleva bastantes años operando con aparatos de tamaño grande que hasta no hace mucho eran los del tipo H-3 “Sea King” y han sido sustituidos por los AS-332 “Super Puma”, siendo ambos plataformas grandes en las que pueden llevarse unos veinte efectivos o desplegarse sistemas potentes que faciliten operaciones como las de rescate en la zona montañosa que queda bajo su responsabilidad. Complementándolos tienen asignados unos quince más pequeños que comprenden sobre todo plataformas AS350 “Ecureil” muy compactos, ágiles y económicos de operar por su configuración ligera y monomotor. Vuelan en cometidos que van desde los cotidianos de vigilancia y los propios del rescate, en los que Air Rescue 5, como se les conoce, despliegan a los paramédicos tácticos del Sheriff; también asumen aquellos más tácticos en los que son un recurso de apoyo básico para otro de los elementos de élite del LASD.
Nos referimos a la unidad táctica que ellos designan con las siglas SEB (Special Enforcement Bureau), organización con un dilatado historial que incluye curiosidades como el que fueron uno de los primeros grupos de su país en experimentar con el empleo de armas no letales y aprovechar su potencial en beneficio de las actividades propias del LASD. Se trata de un núcleo especialmente amplio, que tiene una entidad superior al medio centenar de efectivos, en el que encontramos tanto grupos preparados para involucrarse directamente en los cometidos más clásicos del asalto policial, tarea propia del SWT (Special Weapons Team) que hace poco decidió mejorar sus subfusiles MP5 con visores compactos de punto rojo Aimpoint “Micro” que son de lo mejor en su segmento de producto, como otros que trabajan con perros especialmente adiestrados, los que conducen y manejan vehículos blindados de ruedas de gran capacidad de detención de impactos -a los clásicos Lenco añaden otros en los que sobresale una amplia zona de carga posterior que les da un característico aspecto táctico y permite incorporar elementos con los contundentes cañones de agua que sirven para desescalar situaciones especialmente críticas-, o aquellos que actúan como patrones de las potentes embarcaciones que proyectan personal o especialistas en las técnicas del buceo sobre objetivos en la zona marítima en la que desarrollan su responsabilidad policial característica.
Asimismo, entre sus recursos más característicos encontramos el núcleo de tiradores de alta precisión que ya incorporó hace varias décadas los potentísimos rifles antimaterial/antipersonal del calibre 12,70x99mm (.50 Browning), los especialistas del THZ (Tactical Hazmat Team) que operan con trajes especiales y equipos de respiración autónomos que les permiten moverse con seguridad en áreas contaminadas con agresivos tan peligrosos como los NBRQ (nucleares, biológicos, radiológicos y químicos), o aquellos técnicos del Escuadrón de Bombas (Bomb Squad) que operan con robots controlados a distancia y disponen de todo aquello que les permite neutralizar y desactivar los más variados tipos de artefactos explosivos sean de tipo improvisado (IED, Improvised Explosive Devices) u ordinarios.
Además de los recursos señalados, son los encargados de todo lo que es la gestión organizativa de los recursos asignados a distintas cárceles, siete establecimientos penitenciarios a los que cada año llegan unas doscientas mil personas tras haber cometido algún pequeño delito y esperar la decisión sobre su sentencia o después de haber sido sentenciados por alguna cuestión de mayor entidad que exija esa compensación a la sociedad. Aquellos asignados a esta labor concreta, que vela por mantener a buen recaudo a una población de reclusos que se cifra en unos diecisiete mil, son oficiales cualificados para la labor concreta que realizan, bien distinta de la que caracteriza a sus compañeros que patrullan por las calles. Es habitual que muchos de ellos se gradúen dentro del colectivo de oficiales adscritos a cometidos carcelarios y después de varios años de experiencia en esos centros evolucionen para especializarse en tareas más genéricas, siendo también bastante habitual dentro del LASD que buena parte de los que solicitan ser adscritos a sus plantillas hayan cubierto un servicio militar previo en alguna de las cuatro ramas de las Fuerzas Armadas de los Estados Unidos o tengan alguna experiencia en departamentos y agencias policiales de pequeñas ciudades o de estados menos relevantes. En general, la satisfacción de la ciudadanía es buena respecto a la valoración del LASD y su trabajo cotidiano, aunque, como es natural, se han producido ciertas situaciones en los últimos años que han derivado en cierta alarma social y en acciones judiciales contra aquellos agentes que hayan promovido alguna infracción. No obstante, es reconocida su labor neutralizando las actividades de delincuentes, apoyando a los ciudadanos, trabajando intensamente en localizaciones de personas o de accidentados en incidentes relacionados con el tráfico o las actividades deportivas al aire libre, o la reducción de la criminalidad asociada al tráfico de sustancias narcóticas.
Como apunte final señalar que el 29 de junio de 2020 conocimos unos importantes recortes en el presupuesto del Condado de Los Ángeles que van asociados a la pandemia del COVID-19. Fruto de los mismos, que están valorados en unos quinientos cincuenta y cinco millones de dólares, el LASD será el más afectado al ver reducir sus previsiones, tener que despedir a trescientos de sus efectivos y ver como sus plantillas eliminan nada menos que mil quinientas veinticinco de sus vacantes. Se eliminarán los departamentos de Víctimas Especiales, de la Operación “Safe Streets” que investiga delitos de bandas y recaba inteligencia de su actividad, de Fraude y Delitos Cibernéticos, y la Oficina de Delitos Mayores que está especializada en la investigación de secuestros para pedir rescate, prácticas médicas ilegales, extorsión o contratación de personas para llevar a cabo asesinatos.
Texto : Octavio Díez Cámara ® Fotos: Octavio Díez Cámara ®, LASD
Este artículo fue originalmente publicado en la Revista Tactical Online Julio 2020