Texto: Octavio Díez Cámara ® Fotos: Octavio Díez Cámara ® y Tampa
Fue ahora hace diez años, con el objetivo de preparar un reportaje en la revista impresa -“Tactical”- que precedía a esta que se publica en formato PDF en la red de redes, cuando visité por vez primera la organización policial a la que vamos a dedicar estas páginas. Aquel primer acercamiento, del que se me quedó grabada la frase “mejor sudar, que sangrar” del oficial Garibay respecto del empleo del chaleco antibalas en un entorno donde son normales temperaturas de cuarenta grados centígrados o más, lo he completado con otros más a lo largo de la década que ahora se acaba, pudiendo conocer con más lujo de detalle algunos de los elementos más característicos que conforman la organización actual del Departamento de Policía de Tempe (Arizona).
Ahora, en estas páginas, les vamos a hacer una introducción genérica a lo que el TPD (Tempe Police Department) hace en su día a día, con aportaciones más detalladas de algunos ámbitos que hemos creído relevante concretar. Aprovechamos estas páginas para agradecer a todos aquellos oficiales que nos han apoyado, de forma directa o indirecta, en aquellas experiencias que hemos vivido con ellos. Como verán, el TPD tiene unas capacidades nada desdeñables y ha desarrollado una serie de funcionalidades que le imprimen un carácter policial que ha hecho que su modelo haya sido copiado por otras ciudades de su entorno.
Estructura de trabajo
Tras una época en la que las restricciones económicas han hecho que el gobierno de la ciudad de Tempe haya tenido que acometer algunas decisiones drásticas en lo que a plantilla se refiere, hoy son aproximadamente tres centenares y medio los oficiales, tanto hombres y mujeres, que están adscritos a lo que son aquellas tareas directamente relacionadas con la prestación del servicio policial en un área que cubre unos cien kilómetros cuadrados, tiene unos ciento setenta y cinco mil habitantes censados, y acoge hasta trescientos mil residentes o visitantes en casos de determinados eventos o porque sus universidades atraen a numerosos alumnos de otros puntos de los Estados Unidos para poder formarse allí. Les apoyan otros colectivos de funcionarios públicos y personal contratado, por lo que la suma de ambos núcleos se aproximaría al medio millar.
El TPD lo dirige la Jefe Sylvia M.Moir que lleva desde marzo de 2016 en el cargo, policía experimentada pues había ocupado también la jefatura en PD El Cerrito y prestado servicios en el PD de Sacramento, además de graduarse en Ciencias de la Justicia Criminal en la universidad de Sacramento. Bajo su Mando, encontramos una organización que opera en seis zonas distintas de su área metropolitana organizándose así en estructuras que, lideradas por tenientes, tienen un mejor potencial de atender con diligencia a lo que se les requiere. En beneficio de ese despliegue operan desde varios puntos que incluyen sus oficinas centrales, o Police Headquarters, en el 120 E. de la 5th calle, la subestación de Apache en el boulevard del mismo nombre -invirtieron en ese espacio, que se inauguró en 2009, 25 millones de dólares- y la subestación de Hardy que incluye instalaciones amplias para que operen allí núcleos como el que realiza sus servicios a caballo.
Desde el punto de vista organizativo, comentarles que el TPD, que asume cometidos más preventivos que reactivos siguiendo una línea de trabajo en la que ahondan cada vez más para satisfacer los estándares elevados que su comunidad les exige, se estructura en cuatro áreas especialmente relevante. La Oficina del Jefe es un núcleo que asume cometidos que les implican en la administración y supervisión general de todas las operaciones que se llevan a cabo, verificando también temas relacionados con la coordinación e investigación de procedimientos e incidiendo también en el liderazgo propio de una estructura que focaliza su labor en las necesidades de los diferentes grupos que se aglutinan en su comunidad.
Otra es la llamada de Operaciones de Campo o Field Operations, con unos doscientos agentes asignados a diferentes tareas y cometidos. Es la que realiza un despliegue más visible pues sus efectivos se suelen repartir en cuatro de las las seis zonas que antes les hemos reseñado para patrullar, en turnos de día o de noche que suelen ser de diez horas -cada agente trabaja cuatro jornadas a la semana, aunque suele haber posibilidad de realizar horas extras adicionales en un número significativo-, con diferentes medios de movilidad en beneficio de sus misiones. Ellos son responsables de cubrir las necesidades derivadas de un tráfico intenso en sus calles, investigando accidentes y realizando informes de los mismos. También les caracterizan actividades como la realización de investigaciones preliminares de las escenas de los crímenes, mostrarse para que su presencia evite incidentes o accidentes, trabajar con la comunidad para conocer lo que les preocupa o aplicarse en las necesidades de eventos que se programan en el área de responsabilidad o ante la masiva presencia de público determinados día en la zona del Distrito de “Mill Avenue” que concentra muchos espacios, como restaurantes o bares, dedicados a temas lúdicos.
Su responsable coordina los esfuerzos de unidades como las de patrulla, de ciclistas (BS, Bike Squad), la montada (MU, Mounted Unit), la canina (K9 Unit), la que lucha contra las bandas (GU, Gang Unit), la táctica para cometidos especiales (TRU, Tactical Response Unit), la que cubre cometidos de reducción de la amenaza (TM, Treta Mitigation), la de eventos especiales (SE, Special Events) o la de tráfico (TB, Traffic Bureau).
La primera de las del párrafo anterior suele incluir vistosos vehículos en los que viaja un solo oficial, obteniendo así una mayor presencia en las calles y poder concentrar, en caso de recibir una alerta por un incidente, un mayor número de furgones o de turismos en un determinado emplazamiento. Sobre los de BS, que se mueven en bicicletas para así sortear de manera más ágil el tráfico en aquellas zonas y lugares en que es especialmente intenso y así ofrecer una respuesta más precisa en áreas concretas de la ciudad, señalar que se trata de unos dieciocho oficiales liderados por un sargento que operan en tres grupos de trabajo diferentes generalmente entre las seis de la tarde y las cuatro de la madrugada, pues concentran su mayor actividad por la noche y los fines de semana.
En la MU se dispone de siete caballos asignados a un núcleo en el que encontramos un sargento, dos oficiales adscritos a jornada completa, trece oficiales de reserva y dieciocho voluntarios. El K9 Team incluye seis guías caninos y otros tantos perros especialmente adiestrados en temas de detección de drogas y explosivos, así como en otras cometidos que incluyen la asistencia a las necesidades de las patrullas en la calle. Para aplicarse en la reducción de la amenaza, lo que ellos llaman TM disponen de dos equipos tipo ACTION (Attacking Crime Trends In Our Neighborhoods) en los que encontramos una escuadra especializada en resolver problemas de criminalidad específicos, núcleo coordinado por un sargento que dirige a media docena de efectivos adicionales.
Por último, en TB se engloba el esfuerzo de nada menos que treinta y dos personas que, incluyendo a tres sargentos y a catorce oficiales, se empeñan en la prevención de los accidentes y a la atención si se concretan, atendiendo también a los controles DUI que buscan a aquellos que conducen bajo los efectos del alcohol o de las drogas; dentro de este último opera un pequeño núcleo con potentes motocicletas, el llamado SEMS (Selective Enforcement Motorcycle Squad), y también otro, el designado PE (Parking Enforcement) que vigila y controla todo lo relacionado a la ubicación de los vehículos cuando no se desplazan por las calles y permanecen parados en ellas o en las zonas convenientemente habilitadas para aparcar.
Distintas capacidades
Un tercer “activo” en este Departamento es el que se obtiene por aquellos recursos operados por la División de Investigaciones que reúne distinto personal caracterizado por sus cometidos más técnicos. Entre ellos se encuentran los desactivadores de artefactos explosivos del BS (Bomb Squad), los detectives que realizan todo tipo de investigaciones especiales y criminales en temas como la violencia doméstica o los asaltos y homicidios, la unidad táctica que es su caso recibe la designación de SWAT (Special Weapons And Tactics) y los especialistas asignados al PSB (Personnel Services Bureau) que se encargan de actividades como las prácticas de tiro que se organizan de forma regular, contactar con aquellos interesados en entrar a formar parte de esta organización para informarles de todo lo que necesiten conocer o los formadores que realizan clases teóricas y prácticas en beneficio de sus compañeros. Del SWAT, apuntar que incluye un teniente y cuatro sargentos que lideran otros tantos equipos -los Team 1, 2, 3 y 4- operativos de seis efectivos cada uno; se trata de un núcleo “part time” -adscripción parcial a la capacidad táctica- obtenido por aquellos que patrullan en las calles, participan en actividades encubiertas o que forman parte de grupos como el CIC (Crime and Intelligence Center), los ACTION o el CAST (Criminal Apprehension Suveillance Team) que se ha especializado en la localización y detención de peligrosos criminales.
Completarían sus elementos otros relacionados con la División de Organización y Servicios que cubre cometidos y responsabilidades únicas en la verificación de los estándares policiales, la auditoria interna, el enlace con los medios ce comunicación o la operación de las instalaciones donde se ubican a los detenidos antes de pasar a disposición policial, grupo completado por una serie de voluntarios que son activados en aquellos casos especiales en los que se requiere una mayor capacidad de esta organización. De ella depende el centro técnico donde trabajan varias decenas de personas durante las veinticuatro horas del día y los trescientos sesenta y cinco días del año para recoger todas las llamadas alertando de necesidades de la comunidad y desde el que se derivan aquellos recursos necesarios para atenderlas de la forma más precisa, oportuna y correcta; su salario anual es de unos 44.000 dólares -recuérdese el cambio actual aproximado de 1,1 dólar por un euro- y cada año se necesitan entre cinco y diez personas más para reemplazar a aquellas que, por diversos motivos, dejan una actividad de la que sabemos que es especialmente estresante y exigente.
Respecto de los agentes que se trabajan para el TPD decirles que en función de la época les es más fácil o difícil obtener candidatos para cubrir las bajas que se producen en la actual plantilla. Para aquellos interesados, les ofrecen un sueldo base de entre 58.961 y 79.690 dólares y otros beneficios dedicados a uniformidad, salud, formación, planes de pensiones, etcétera. No todo es tan positivo, pues sólo disponen de 11 días de vacaciones pagadas al año y su trabajo es especialmente exigente y hasta peligroso. Para formar a aquellos candidatos preseleccionados, que tienen que tener al menos veinte años cumplidos y cumplir unos exigentes estándares designados en el estado de Arizona, se les envía a un centro de formación. En su caso, van a la Academia del Departamento de Policía de Phoenix, que dista unos treinta kilómetros de su ubicación y está en su misma área metropolitana. Pasan dieciséis semanas allí realizando todo tipo de temas teóricos y prácticos que deberán complementar con un periodo posterior de otras catorce semanas acompañados de personal del TPD cualificado como formadores de campo (FTO, Field Training Officer) para que vayan cogiendo soltura y experiencia de lo que caracterizará su trabajo en las calles de la ciudad de Tempe.
Como apunte final a estas páginas concretarles que hemos tenido acceso al último informe en el que se detalla la criminalidad que les afecta y que incluye tanto datos del año pasado como del actual. Centrándonos en 2018, decirles que asistieron a un total de 8.727 incidentes relacionados con diferentes tareas que les son propias en su ámbito policial. Cinco homicidios, ciento setenta y nueve violaciones, ciento ochenta y ocho robos con violencia, quinientos treinta y seis asaltos, mil veinte sustracciones, quinientos cuarenta y dos robos de vehículos, doce incendios y más de seis mil doscientos hurtos, datos que reflejan que pese a ser un área bastante tranquila sí se concreta una actividad delictiva y general que requiere de un empleo adecuado de los recursos asignados por la comunidad para garantizar la seguridad de la ciudadanía local y de los visitantes.
Texto: Octavio Díaz Cámara ® Fotos: Octavio Díaz Cámara ® y Tampa
Este artículo fue publicado en la Revista Táctical Online Noviembre 2019.